La alta dependencia de créditos entre los chiapanecos agrava su situación económica
IVÁN LÓPEZ/PORTAVOZ
FOTO: ALEJANDRO LÓPEZ
En Tapachula, la situación económica de las familias es alarmante. Según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (Enigh), seis de cada 10 familias en Chiapas comenzaron el 2025 con deudas, una tendencia que refleja la creciente dependencia de los créditos para cubrir necesidades básicas como alimentos, servicios de luz, agua, impuestos y compras de fin de año.
El acceso fácil y rápido al crédito, promovido por instituciones financieras y comercios, ha llevado a muchas familias a recurrir a estos préstamos sin considerar las consecuencias a largo plazo. El contador certificado y especialista en temas económicos, Fidel Moreno de los Santos, explicó que la facilidad con la que se otorgan los préstamos alimenta este fenómeno. Las familias, ante la imposibilidad de cubrir sus necesidades inmediatas, recurren a créditos, lo que genera una espiral financiera de la que es difícil salir.
Este fenómeno no es exclusivo de Tapachula, pero en esta ciudad se ve con particular agudeza debido a la falta de previsión y ahorro. “La cultura del tapachulteco de no anticipar los gastos del inicio de año convierte al endeudamiento en una opción casi obligada”, comentó Moreno. Para muchas familias, esta práctica se ha convertido en una necesidad forzada, puesto el dinero rápido se convierte en una solución momentánea, pero una carga económica a largo plazo.
Con la llegada de 2025, los hogares tapachultecos se enfrentan a un escenario donde los ingresos disponibles se destinan casi en su totalidad al pago de deudas. Esto limita las posibilidades de ahorro o inversión en el futuro. La falta de educación financiera y de alternativas viables para cubrir los gastos han dejado a muchas familias atrapadas en un ciclo de préstamos que, lejos de ofrecer una salida, las condena a una dependencia financiera.
Este contexto plantea un reto significativo para las autoridades locales, quienes deben encontrar formas de mitigar los efectos del endeudamiento generalizado. En lugar de depender de soluciones temporales como los créditos, es crucial fomentar la educación financiera y crear condiciones económicas más sostenibles que permitan a las familias no solo cubrir sus necesidades, sino también comenzar a pensar en el futuro sin la constante presión del endeudamiento.