Reglas mal ejecutadas han limitado el acceso de mujeres a créditos y empleos en la entidad
IVÁN LÓPEZ/PORTAVOZ
FOTO: ALEJANDRO LÓPEZ
La corrupción, como un fenómeno destructivo, tiene efectos devastadores en todos los sectores de la sociedad. Sin embargo, al sumarse factores como el género, la situación económica o el origen étnico, sus repercusiones se agudizan, en especial en el caso de las mujeres. Desde la Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno, se expuso cómo la corrupción afecta de manera más significativa a las chiapanecas que son indígenas o viven en condiciones de vulnerabilidad.
En el contexto de la doceava edición de “Mujeres por la Integridad en Chiapas”, la institución abordó de forma clara y directa el impacto desigual de la corrupción. Se resaltó que, aunque todos los ciudadanos sufren sus efectos, las mujeres enfrentan una doble carga debido a su exclusión estructural y la dificultad para acceder a recursos que les permitan enfrentar los obstáculos generados por prácticas corruptas.
Un ejemplo ilustrativo proporcionado por la Secretaría fue el de los créditos otorgados a mujeres en diversos municipios, en los que las reglas de operación fueron mal ejecutadas. La falta de supervisión y las malas decisiones administrativas provocaron una creciente cartera vencida, esto afectó a las mujeres, quienes en muchas ocasiones son las únicas responsables de cubrir estos créditos.
En contraposición, en la región de Los Altos, se presentó otro desafío: la contratación de féminas para ocupar plazas laborales que fueron bloqueadas por la corrupción. Las reglas estrictas, nacidas de prácticas corruptas previas, han dificultado el acceso de mujeres calificadas a empleos en instituciones públicas. Este fenómeno resaltó cómo la corrupción no solo impide el acceso a recursos económicos, sino que también limita las oportunidades de desarrollo profesional para muchas chiapanecas.
La Secretaría enfatizó que, para avanzar hacia una sociedad más justa e igualitaria, es crucial erradicar la corrupción y trabajar en unidad. Se destacó que, sin corrupción, las mujeres podrían tener una participación más activa en todos los aspectos de la vida política, económica y social, lo que abriría puertas a un futuro más equitativo y con mayor acceso a derechos para todos los ciudadanos.