En Chiapas, los megaproyectos y políticas gubernamentales ponen en riesgo las tierras indígenas
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
FOTO: ALEJANDRO LÓPEZ
El conversatorio “Enero Zapatista” celebrado este domingo en Tapachula planteó la necesidad de una lucha unificada contra el despojo territorial que sufren los pueblos originarios, en especial en la frontera sur. En este espacio, se acusó al capitalismo de ser la fuerza detrás de este despojo, conocido como la “hidra capitalista”, que despoja a las comunidades de sus bienes comunes. A esto se le suman las políticas migratorias del nuevo Gobierno de Estados Unidos y el creciente control estatal sobre las regiones indígenas.
La organización llamada Desarrollo Económico y Social de Los Mexicanos Indígenas (Desmi), resaltó que el despojo de tierras no es un fenómeno reciente. Según, la “hidra capitalista” actúa a través de múltiples cabezas, al despojar a los pueblos de sus recursos naturales, tierras y hasta de su autonomía. En este proceso, los gobiernos facilitan los intereses empresariales y respaldan la violencia como mecanismo de control, esto incrementa la represión y el desplazamiento forzado en las comunidades.
El Centro Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba) documentó un alarmante incremento del desplazamiento forzado en Chiapas, con 15 mil 780 víctimas registradas entre 2023 y 2024. Esta cifra se asemeja a la del alzamiento zapatista de 1994, lo que subraya la continuidad de la violencia estructural que enfrentan los pueblos originarios en la región.
El Frayba, destacó que en Chiapas la violencia es multidimensional: está la lucha por el control territorial entre el crimen organizado y los grupos armados, muchos de los cuales están vinculados con el Estado. La realidad es que los pueblos indígenas siguen siendo víctimas de un sistema que promueve la guerra y el genocidio, con el fin de despojarles de sus tierras y su cultura.
El conversatorio concluyó con un llamado a la organización y resistencia. Frente a la imposición de megaproyectos y la violencia que ahoga a las comunidades, los participantes coincidieron en que solo con la unidad será posible frenar el despojo. Aseguraron que la lucha por la tierra, la cultura y la autonomía de los pueblos originarios debe seguir siendo la prioridad frente a un sistema que busca seguir reproduciendo la injusticia.