José Luis Castillejos
Andrés Manuel López Obrador, quien dominó la escena política de México durante más de dos décadas y cerró su mandato con altos índices de popularidad, parece haberse desvanecido del mapa político justo en el momento en que su legado enfrenta sus primeras grandes pruebas. Su abrupto retiro del ojo público, apenas unos meses después de entregar el poder, contrasta con el protagonismo que mantuvieron expresidentes como Felipe Calderón o Enrique Peña Nieto, quienes, para bien o para mal, siguieron siendo actores relevantes en el debate público.
La pregunta sobre su paradero y su silencio se vuelve más inquietante en un contexto en el que Estados Unidos ha comenzado a revisar a fondo el estado en que dejó México en temas de seguridad y transparencia. Las investigaciones del Gobierno estadounidense no solo apuntan a la presencia del crimen organizado en las estructuras de poder, sino también al manejo opaco de los programas sociales, las adjudicaciones directas en infraestructura y el desmantelamiento de instituciones importantes.
El argumento de que López Obrador simplemente decidió retirarse y dejar que Claudia Sheinbaum gobierne sin su sombra política no convence del todo. Su estilo personalista y su obsesión por el control hacen difícil imaginarlo desentendiéndose completamente del poder. Además, su desaparición contrasta con su insistencia en defender su administración incluso cuando ya no ocupaba la Presidencia. Entonces, ¿por qué ahora el silencio?
Una posible explicación es que el Gobierno de Estados Unidos, que ha intensificado su presión sobre México en temas de seguridad y narcotráfico, ha cambiado la dinámica de poder en el país. La detención de Genaro García Luna fue un mensaje claro sobre la capacidad de Washington para intervenir en la política mexicana, y hoy se especula sobre investigaciones que podrían salpicar a funcionarios del lopezobradorismo.
El caso de Ovidio Guzmán, extraditado a Estados Unidos, y la creciente evidencia sobre los pactos de facto entre el Gobierno de López Obrador y ciertos cárteles generan sospechas sobre hasta qué punto el expresidente sabía o permitía el avance de estas estructuras en el territorio nacional. Durante su mandato, se minimizó el papel de la DEA y se rechazaron varias solicitudes de cooperación en seguridad, lo que ahora se revierte con un mayor involucramiento de agencias estadounidenses en investigaciones dentro de México.
Otro factor que podría explicar su repliegue es el posible desgaste dentro de su propio movimiento. Si bien Sheinbaum le debe su triunfo, es evidente que su proyecto necesita legitimarse con independencia de su antecesor. La desaparición pública de López Obrador podría ser un intento de no interferir en esta nueva etapa, o bien, una estrategia para evitar quedar en medio de posibles escándalos que emerjan en la revisión de su administración.
El manejo opaco de recursos durante su sexenio, los contratos sin licitación y la creciente deuda de Pemex son solo algunos de los aspectos que hoy están bajo lupa. A esto se suma el desorden en programas emblemáticos como Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro, cuyos fondos podrían haber sido utilizados con fines electorales o de financiamiento irregular.
El silencio de López Obrador también es un fenómeno mediático. Durante seis años, impuso su imagen con sus conferencias mañaneras y mantuvo el control del debate público. Ahora, su ausencia deja un vacío que el oficialismo intenta llenar con la presencia de Sheinbaum, pero que también abre espacio para que sus críticos y opositores cuestionen su legado.
En el fondo, su desaparición del mapa político podría ser una estrategia de supervivencia. Eludir el escrutinio público y evitar convertirse en un blanco político es una táctica que han usado otros exmandatarios en situaciones comprometedoras. Sin embargo, en un contexto donde las investigaciones avanzan y Estados Unidos aumenta la presión, es difícil que el silencio sea una garantía de impunidad.
La pregunta sigue en el aire: ¿dónde está López? Y más importante aún: ¿por qué ha optado por el silencio justo cuando su administración comienza a ser revisada con lupa?