Tuxtla Gutiérrez, Tapachula y Comitán encabezan los municipios con más casos
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
Las desapariciones de niñas, niños y adolescentes en Chiapas han alcanzado cifras alarmantes. En lo que va de 2024, la Red por los Derechos de las Infancias y las Adolescencias en Chiapas (Redias) documentó 484 fichas de búsqueda, lo que equivale a un promedio de 40 casos al mes. Más preocupante aún es que el 22 por ciento de las desapariciones del año pasado siguen sin resolverse.
Las cifras dejan en evidencia que la desaparición de infancias afecta con mayor intensidad a adolescentes y, en particular, a mujeres. Seis de cada 10 casos registrados corresponden a niñas y adolescentes, siendo los 14 años la edad más vulnerable entre ellas. En el caso de los varones, el rango más frecuente es de 17 años. Esta tendencia sugiere que los riesgos que enfrentan no son los mismos y que los factores detrás de estas desapariciones pueden diferir según el género.
Los municipios con mayores registros, como Tuxtla Gutiérrez, Tapachula y Comitán, coinciden con zonas urbanas donde el crecimiento desordenado y la desigualdad pueden estar influyendo en la crisis. A nivel regional, las desapariciones afectan a casi todas las zonas del estado, lo que refleja un problema estructural que va más allá de casos aislados. La respuesta institucional sigue siendo insuficiente, y la activación de protocolos de búsqueda muchas veces enfrenta trabas burocráticas.
Ante este panorama, Redias ha insistido en la importancia de activar de inmediato la Alerta Amber y aplicar el Protocolo Adicional de Búsqueda de Niñas, Niños y Adolescentes (Pabnna), que prioriza la localización y reintegración de los desaparecidos. Sin embargo, el acceso a la justicia y la efectividad de estas estrategias siguen dependiendo de la voluntad política y de recursos para hacerlas operativas en todo el estado.
El trabajo de Redias y sus organizaciones aliadas ha sido clave para visibilizar la problemática y exigir soluciones. No obstante, las cifras revelaron una crisis que requiere acciones inmediatas y de fondo. Mientras la desaparición de infancias siga ocurriendo con esta frecuencia, cada número representará una historia de incertidumbre y un vacío en las familias que esperan respuestas.