El Estado y la criminalización de las madres buscadoras
Sheila X. Gutiérrez Zenteno
“Quienes tenemos un desaparecido podríamos rezarle a un zapato, a una playera, a un lugar y hasta al viento que tocó a nuestros hijos para darnos consuelo”. Ceci Flores, madre buscadora.
En octubre de 2019 viajé a Guadalajara, en aquel entonces veía bastante lejana toda esa violencia que se vivía en aquella zona del país (secuestros, enfrentamientos, ejecuciones), sin embargo, comprendí a cabalidad lo que sucedía cuando visité la glorieta de la Minerva para encontrarme no con la famosa fuente y sí con decenas de lonas cubriéndola. Cada una de esas lonas y mantas mostraban las fotografías de niñas, niños, decenas de jóvenes, de mujeres y hombres quienes eran buscados por sus familiares.
Esa noche descubrí de la forma más triste, que el tema de las desapariciones era mucho más grande de lo que los medios de comunicación reportaban habitualmente. No era un tema de agenda nacional, mucho menos cuando la consigna gubernamental ordenaba dar abrazos a los criminales. El grupo de estudiantes con los que viajé insistían en que les llevara a pasear de noche, no les dije que tenía miedo de que algo les pasara, negocié con ellos y pasamos la noche en el hostal, cantando y conversando sobre su futuro.
El hallazgo del rancho Izaguirre en Teuchitlán es solo la punta del iceberg de lo que el Gobierno obradorista intentó maquillar durante todo su sexenio; es igual de indignante que lo acaecido con el caso del pozolero ─ ese sicario del crimen organizado que disolvió en ácido a más de 300 personas ─. Teuchitlán pone en evidencia la indolencia con la que se ha tratado el tema de las desapariciones por parte de quienes en el Gobierno, se supone, haría todo diferente.
¿A DÓNDE VAN LAS PERSONAS DESAPARECIDAS?
El 30 de marzo de 2024, María Guadalupe Aguilar, fundadora de Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos en Jalisco (Fundej), señaló que unos días antes (el 24 de marzo de ese año) habían encontrado dos crematorios clandestinos y 30 bolsas con miembros humanos, no fue el único caso, un año antes en Tlaquepaque se habían encontrado instalaciones similares. ¿Por qué ambos descubrimientos no tuvieron el mismo impacto que el hallazgo de Teuchitlán? Porque este es otro Gobierno.
El “Centro Pro de Derechos Humanos”, reporta que durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, desaparecieron más de 51 mil personas (una persona desaparecida por hora). De acuerdo con la organización “A dónde van los desaparecidos”, este nuevo Gobierno registra ya más de cuatro mil desaparecidos.
Como respuesta al hallazgo de Teuchitlán, la presidenta Sheinbaum firmó este lunes un decreto para fortalecer a la Comisión Nacional de Búsqueda, sin embargo, mucho de lo que la mandataria enlistó que trabajará para hacer frente al tema de las personas desaparecidas son cosas que legalmente ya existen.
LA IZQUIERDA HA LUCRADO CON LOS DESAPARECIDOS
Cada noche, durante más de un lustro, el productor de televisión Epigmenio Ibarra generó una especie de protesta masiva utilizando la red social Twitter (hoy X). Puntualmente, a las 10 de la noche, el documentalista de la 4T usaba su cuenta personal para recordar a los 43 normalistas desaparecidos. El fundador de Argos (ese mismo al que el Gobierno de López Obrador le condonó una deuda millonaria) hacía una pase de lista, sus compañeros de partido le acompañaban compartiendo la publicación, yo misma, en su momento, lo hice.
La idea no fue de Ibarra, sino de Rocío Canudas, catedrática de la UNAM, quien empezó a publicar en su red social ilustraciones de los normalistas que encontraba en la red, junto con la leyenda “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”. Canudo etiquetó a Epigmenio quien le sugirió enumerar las ilustraciones con el nombre de cada normalista, el retuit de Epigmenio dio pie a una solicitud de justicia masiva.
En su momento, la profesora señaló que no le molestaba que Epigmenio compartiera su idea del pase de lista, porque la indignación de la gente era real, como los desaparecidos de Ayotzinapa, por lo que era válido que se sumaran a la protesta. Durante años (en campaña y ya en el poder) grupos políticos usaron el discurso de los desaparecidos de Ayotzinapa como bandera política. Hoy, esos grupos criminalizan a las madres buscadoras y colectivas que realizan la labor que el Estado simplemente no ha podido enfrentar.
¿A quién le interesa la narrativa de que lo que se encontró en Teuchitlán es un montaje? Noroña lo dijo con todas sus letras “quién sabe si esos zapatos son de personas desaparecidas”. Y a todos esos discursos de descalificación, se une un video, en el que presuntos integrantes del crimen organizado acusan a las madres buscadoras de montar una historia falsa. La Fiscalía General de la República ya atrajo el caso y le ha negado a las buscadoras estar presentes en el procesamiento de la evidencia.
La presidenta Sheinbaum insiste en que hay una campaña de desprestigio en contra de su persona y de su Gobierno en las [benditas] redes sociales ─ como siempre, no faltara quien busque llevar agua a su molino ante el caos ─ sin embargo, debe ser lo suficientemente asertiva para aislar la basura de lo que realmente importa que es brindar protección a las madres buscadoras y dar espacio a la indignación de las familias de los y las desaparecidas.
A las redes y colectivas de búsqueda se les ha negado sistemáticamente una reunión con el Ejecutivo, durante todo el sexenio anterior y en lo que va de este. ¿Ahora sí habrá espacio en la agenda para recibirles y hablar de frente con todas y todos ellos o hará lo mismo que López y les ignorará mientras camina por Palacio Nacional?
Solo como nota al pie. Querida Claudia, no es tu papel defender al expresidente, no olvides que quien encabeza el Gobierno de este país y quien despacha en Palacio Nacional, eres tú.
LAS MADRES BUSCADORAS SOLO HACEN LO QUE EL ESTADO NO PUEDE NI HA QUERIDO HACER
Tal vez mucha gente no lo recuerde o siquiera se haya enterado, pero el Gobierno que antecedió al de Sheinbaum, anunció en junio de 2023 un nuevo censo que permitiría la actualización de la cifra de personas desaparecidas ¿Los objetivos? Desmentir que el sexenio encabezado por AMLO, fuese el de mayor número de víctimas hasta ese momento, y de paso, neutralizar a los grupos de madres buscadoras que señalaban constantemente nuevas desapariciones y el descubrimiento de fosas clandestinas en diversos puntos del país.
En agosto de ese mismo año, Karla Quintana, quien era la responsable de la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas, hizo pública su renuncia al cargo, fue casi tres meses después que en un taller en el Colegio de México (ColMex), en noviembre, señaló haber tomado la decisión porque dicho censo buscaba “reducir el número de desaparecidos este sexenio”. Quintana señaló que ni los servidores de la nación ni la Secretaría del Bienestar estaban capacitadas para realizar ese trabajo, la metodología no era la correcta, además de que la aplicación debía recaer en las comisiones estatales de búsqueda.
Nada importó. La encuesta se presentó en diciembre de ese año con el nombre de Estrategia Nacional de Búsqueda Generalizada. La reacción de madres y colectivos de personas desaparecidas no se hizo esperar, acusaron procesos de revictimización al ser contactados casa por casa o vía telefónica preguntándoles si sus desaparecidos ya habían regresado, tal como Quintana señaló que sucedería. La propuesta y la ejecución recibieron críticas de organizaciones de derechos humanos; más adelante sucedió lo que se temía, de pronto las cifras de desaparecidos pasaron de 90 mil a solo 12 mil desaparecidos. El Ejecutivo se excusó con un error de dedo en la captura.
En el ColMex, Quintana señaló que por cada reportado como desaparecido, hasta cinco familias no se habían acercado a las autoridades por miedo al crimen organizado y a las mismas autoridades por lo que un sistema digitalizado de información sobre desaparecidos no funcionará completamente, dadoque, además de las ausencias probablemente se daría un sobre registro de ante la falta de seguimiento a las denuncias.
¿CUÁNDO RECIBIRÁ CLAUDIA SHEINBAUM A LAS MADRES BUSCADORAS DE TODO EL PAÍS? ESTE ES EL MOMENTO
Si su prioridad es la paz de estas familias, lo primero que debe hacer es no impedir que integrantes del colectivo Guerreros buscadores de Jalisco permanezcan como observadores de los procesamientos que realizan las autoridades. Porque son ellas y ellos, y no el Estado, quienes han realizado en los últimos años el trabajo que este se ha negado a hacer.
Mientras eso sucede, veremos a los familiares de las personas desaparecidas realizar vigilias con velas, rezos, canciones, consignas y gritos de justicia, como sucedió el fin de semana en el que colectivos de 40 ciudades de 16 estados del país se sumaron a lo que se denominó día de luto nacional para ¿visibilizar? no solo a las y los desaparecidos de Teuchitlán, sino a las más de 124 mil personas de las que no se ha vuelto a saber nada.