Los derechos de las mujeres están bajo asedio
Sheila X. Gutiérrez Zenteno
Este año se conmemora el trigésimo aniversario de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer y la adopción de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing (1995). Esta declaratoria ha sido sustancial en las luchas de las mujeres las últimas tres décadas ya que contiene las estrategias que los Estados Parte deben considerar al momento de diseñar sus políticas públicas.
¿Cuáles son los resultados obtenidos en estos 30 años de lucha feminista en la ONU? Este año, las dos primeras semanas de marzo, la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW) se reunió para analizar datos. El panorama no es alentador. En el discurso de apertura del segmento ministerial de la 69ª sesión de la CWS que tuvo lugar en la sede de la ONU una frase resonó: “Los derechos de las mujeres están bajo asedio. El veneno del patriarcado ha vuelto y con más fuerza”. Nuestros derechos están enfrentando un retroceso.
El pasado 10 de marzo, Antonio Guterrez, secretario general de la ONU, lanzó un mensaje por lo menos, preocupante, la violencia contra las mujeres se ha recrudecido, los derechos reproductivos están siendo cuestionados y “(…) Las nuevas tecnologías, incluida la inteligencia artificial, están creando plataformas que normalizan el abuso. El 90 por ciento de los deepfakes y las imágenes pornográficas representan a mujeres”.Estas violencias y otras tantas, tienen cabida en nuestra sociedad porque se han normalizado. Guterrez habló con gran preocupación de la reducción del espacio cívico para las mujeres y el creciente avance de la misoginia (odio a las mujeres).
Reconoció también que la violencia digital hacia ellas es cada vez mayor derivado del uso de la inteligencia artificial y el deepfake. Son los grupos delictivos que se mueven por Internet e industrias como la pornografía, las que usan esta herramienta para ejecutar la trata de mujeres y niñas. Los casos de grooming, acoso y hostigamiento sexual se están incrementando. Si bien el 88 por ciento de los países han aprobado leyes para eliminar la violencia contra la mujer, la violencia machista, la discriminación y los prejuicios están tan arraigados, que el avance para erradicarla se ha tornado cada vez más lento.
Por ejemplo, la emergencia sanitaria por Covid puso en la mesa la realidad de cientos de mujeres, entre marzo y abril del 2020, se registró un aumento notable de la violencia letal contra las mujeres con un promedio de 11.2 mujeres asesinadas por día; el total de llamadas de auxilio relacionadas con violencia fue de un promedio de 143 por hora; así como también hubo una mayor tasa tanto de atención por parte de los refugios, como de investigaciones penales por violencia familiar durante la contingencia (Fuente: Las dos pandemias: Violencia contra las mujeres en México en el contexto del COVID-19).
LOS AMOS DE LA MISOGINIA ESTÁN GANANDO
Las mujeres a nivel mundial estamos viendo cómo muchos de los derechos ganados están siendo objeto de serios cuestionamientos e inclusive de rechazo. En Afganistán con la llegada del régimen Talibán las mujeres observaron un retroceso en sus derechos. Las ventanas al exterior de las casas han sido prohibidas para que las mujeres no puedan ser vistas desde el exterior, las niñas al cumplir los 12 años han perdido el derecho de asistir a la escuela, las mujeres incluso tienen prohibido hablar o cantar en público.
En Estados Unidos en 2022, la Corte Suprema derogó Roe vs. Wade, eliminando con ello el derecho constitucional a la interrupción del embarazo en todo el país. En Argentina, el presidente Javier Milei cerró el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad; canceló la línea 144 contra el maltrato y el Plan ENIA contra el embarazo adolescente que había logrado reducir las cifras en un 50 por ciento. Ahora va por desaparecer del código penal de ese país el delito de feminicidio.
Habrá quien señale que lo que sucede en Afganistán o en otros lugares no debe preocuparnos porque vivimos en México, pero eso que nos parece lejano es también usual. El tema de las desapariciones de mujeres y niñas persiste, también enfrentamos violencias en el espacio privado (hogar/familiar/pareja) y en el espacio público. Las denuncias (que difícilmente prosperan) en torno a casos de acoso, hostigamiento y abuso sexual, violencia vicaria, violación o feminicidios son reales. Solo en Chiapas se han registrado ya en lo que va del año, seis feminicidios, entre ellos el de una niña.
En occidente, las mujeres vemos cómo nuestros espacios son cedidos a luchas ajenas a las nuestras y los recursos que se destinaban a programas para mujeres se están canalizando a otras cosas. Guterrez fue enfático, la acción es el único camino que las mujeres tenemos, pero para lograr avances en la lucha por los derechos de las mujeres se requiere también que los países cumplan sus compromisos de financiamiento a los Derechos Humanos de las mujeres: “En estos tiempos peligrosos para los derechos de las mujeres, debemos unirnos en torno a la Plataforma de Acción de Beijing”.
EL PATRIARCADO HA VUELTO CON MÁS FUERZA
Hoy, enfrentamos a un patriarcado que se reinventa para obstaculizar nuestra lucha. Como la Red de Mujeres Periodistas Europeas lo señaló en el marco de la CSW 69 (apartado J), hay una fuerte oposición a los avances de las mujeres en la lucha por sus derechos humanos, velada o abiertamente. La despolitización de las mujeres es su objetivo. Vemos a nivel mundial cómo se habla de nosotras en términos que nos anulan. Estamos enfrentando un borrado de las mujeres como sujetos políticos, incluso desde las mismas instituciones que deben protegernos, no solo en Europa, sino también en Latinoamérica (incluido México).
Lo que no se nombra no existe y hoy más que nunca las mujeres necesitamos nombrarnos, no somos úteros portantes, tampoco somos personas gestantes, mucho menos personas con vulva ni personas cis, somos mujeres, con todas sus letras: MUJERES. Como bien lo señala la catedrática y feminista, Aimée Vega Montiel: “no caigamos en la tentación de eliminar el lenguaje político que nos hemos dado para nombrar a las mujeres y denunciar la desigualdad, en nombre de ser ‘cool’ -esas modas no son inofensivas-”. Poco ayuda al feminismo lo que Melissa Fernández Chagoya (también docente feminista) denomina feminismo pop.
Medios de comunicación y grupos contrarios a los derechos de las mujeres continúan incentivando la violencia machista en lugar de buscar su desactivación; nos despolitizan de todas las formas posibles, promueven la explotación sexual y reproductiva de estas; se nos vende la idea de que la prostitución es un trabajo y que usar nuestros cuerpos para la subrogación está bien, poco se habla de lo que el proceso de gestación subrogada implica para la mujer que alquila su cuerpo; son mujeres en posiciones sociales vulnerables las que terminan aceptando estos contratos.
Se han documentado casos en los que el bebé que nació vía subrogación nace con malformaciones o síndromes y la pareja que pagó por la gestación, en lugar de recibirlo lo abandona, dejándolo a la gestadora para evitarse los problemas que implicaría su crianza. Y no, la gestación subrogada no debe regularse, debe prohibirse. El desmantelamiento de mecanismos institucionales y financiamiento, son otra muestra; la falta de apoyo a los albergues para mujeres maltratadas es todo un tema, que se vive no solo en México, sino en todo el mundo.
La idea sustancial del feminismo es la mujer, es ella su sujeta política, por ello es primordial recuperar la genealogía feminista y a las autoras clásicas. Como Aimée Vega Montiel lo externó en sus redes sociales, las lecturas de las feministas clásicas siguen vigentes, hay que volver a ellas. Y en cierto sentido, no es grato, porque la razón de su vigencia solo significa que la desigualdad, la opresión, la discriminación, la violencia y la misoginia contra las mujeres persisten.
300 AÑOS DE FEMINISMO Y MUCHO POR HACER
El feminismo tiene una historia de tres siglos. En estos 300 años se ha logrado el voto, el derecho a la educación, hablar de la violencia en el espacio público y la que se vive en el entorno familiar y de pareja. Hoy podemos decir en voz alta que hay esposos que violan a sus esposas, las mujeres empujamos cada vez más los tabús y en los países donde nos lo es permitido, hablamos públicamente de la menstruación, de la menopausia, de la virginidad y todo lo que conllevan. Pero debemos vigilar nuestras libertades o podemos perderlas en cualquier momento.
En estos últimos 300 años, las mujeres organizadas han logrado generar instrumentos que permiten la defensa de sus derechos como CEDAW (ONU), Belém Do Pará (OEA), la Plataforma de Acción de Beijing (ONU) o el Convenio de Estambul; es primordial que más mujeres los conozcan, los hagan suyos, los conozcan y los usen. Sin embargo, contar con ellos, no es suficiente, como lo señaló Guterrez, necesitamos pasar del papel a la acción. Los gobiernos tienen que recordar que las mujeres seguimos aquí.
Este año, el informe de ONU Mujeres: Los derechos de las mujeres bajo examen, 30 años después de Beijing (Women’s rights in review 30 years after Beijing) dio a conocer, entre otras cosas, que de 1995 a 2024 se desarrollaron mil 531 reformas para fomentar la equidad de género. No obstante, las mujeres solo cuentan con el 64 por ciento de los derechos que tienen los hombres. De 159 países observados, uno de cada cuatro está experimentando un retroceso en los derechos de las mujeres solo en 2024.
Si a usted le interesa leer el informe de ONU Mujeres, puede descargar la versión en español en el sitio unwomen.org
EL PATRIARCADO PROTEGE VIOLENTADORES
En México, instituir el Día Naranja dedicado a la concientización de la erradicación de la violencia contra las mujeres no ha sido obstáculo para que la misoginia y el patriarcado muestren su poder. Este 25 de marzo Cuauhtémoc Blanco, diputado por Morena en el Congreso de la Unión, fue apoyado por las parlamentarias de su partido (y algunas otras) quienes lo protegieron y evitaron que se le retirara el fuero para enfrentar cargos por intento de violación a su media hermana y por golpear a su actual pareja.
NO LLEGAMOS TODAS.