El próximo 3 y 4 de mayo se llevará a cabo en Chiapa de Corzo el festival del Jocote, el objetivo es preservar la fruta
YUSETT YÁÑEZ/PORTAVOZ
El jocote, una fruta endémica de Chiapas, ha sido un pilar fundamental en la economía agrícola de la región central del estado. Con su sabor distintivo y su versatilidad en la gastronomía local, esta fruta no solo ha nutrido a generaciones, sino que también ha impulsado el desarrollo económico de comunidades enteras. Sin embargo, en los últimos años, la producción de jocote ha sufrido un notable declive, amenazando tanto su cultivo como las tradiciones culinarias que giran en torno a ella.
Paola Palacios, coordinadora del Festival del Jocote destaca la importancia histórica de esta fruta. “La fruta del jocote es una fruta endémica de Chiapas, que formó la fuerza económica del campo en esa zona. Ha venido en decadencia, en parte por la falta de apoyo al campo y el desinterés de las nuevas generaciones por preservar no solo el jocote, sino todas las manifestaciones gastronómicas que se hacen en torno a él”, señala Palacios. Esta pérdida de interés por parte de los jóvenes es un tema preocupante, dado que afecta directamente la continuidad de prácticas agrícolas que han sido transmitidas de generación en generación.
Las zonas clave como Acala y Chiapa de Corzo han experimentado una reducción significativa en la siembra de jocote. Este fenómeno se debe en gran medida al crecimiento habitacional que ha transformado el uso del suelo. La venta de terrenos para la construcción de viviendas ha llevado a muchos agricultores a abandonar el cultivo de esta fruta, lo que ha resultado en una disminución de su producción. La situación es alarmante, puesto que el jocote no solo representa una fuente de ingresos para los agricultores, sino que también es un componente esencial en la identidad cultural de la región.
El declive en la producción de jocote resalta la urgente necesidad de promover su cultivo y concienciar a las nuevas generaciones sobre su relevancia cultural y económica. Los festivales y eventos gastronómicos, como el Festival del Jocote, buscan revivir el interés en esta fruta y en las ricas manifestaciones culinarias que de ella surgen. Estos eventos no solo celebran el jocote, sino que también sirven como plataformas para educar a la comunidad sobre la importancia de preservar las tradiciones agrícolas y gastronómicas.
Palacios enfatiza la necesidad de un cambio en la percepción de la agricultura. “Una de las principales zonas afectadas es Acala. Chiapa de Corzo ha disminuido por el crecimiento habitacional, puesto que ha cambiado el uso de suelo, lo que implica que más personas vendan sus lotes y dejen de sembrar jocote”, explica. Este cambio no solo afecta a los agricultores, sino que también impacta a la comunidad en su conjunto, dado que la pérdida de cultivos tradicionales puede llevar a una disminución en la diversidad de la gastronomía local.
El jocote, con su rica historia y su potencial económico, merece ser rescatado y celebrado. Las iniciativas para revitalizar su cultivo y promover su consumo son esenciales no solo para la economía agrícola de Chiapas, sino también para la preservación de la cultura y las tradiciones que hacen única a esta región. La colaboración entre agricultores, autoridades y la comunidad es clave para asegurar que el jocote continúe abriendo caminos económicos y culturales en el futuro.