Las mujeres son las más afectadas por dicha enfermedad, sin acceso garantizado a tratamiento
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
FOTO: ALEJANDRO LÓPEZ
Mientras en otros estados del país la Ley Lupus ha ganado terreno y respaldo legislativo, en Chiapas la iniciativa parece estancada por una indiferencia institucional que vulnera el derecho a la salud de cientos de pacientes. La Asociación Esperanza de Vida, encabezada por Dulce Arce Trejo, ha buscado sin éxito que el Congreso local escuche la urgencia de homologar la ley estatal con los avances federales. Hasta ahora, el silencio de los diputados ha sido la única respuesta.
Lo preocupante no es solo la omisión política, sino el trasfondo que revela: la salud pública continúa sin enfoque para enfermedades invisibilizadas como el lupus, que,aunque no es curable, sí puede ser tratable si se garantiza un diagnóstico oportuno y acceso sostenido a medicamentos. Esta falta de voluntad política limita la posibilidad de un estudio epidemiológico local que dimensione la verdadera magnitud del padecimiento.
El Día Mundial del Lupus llegó a Chiapas sin compromisos, sin reforma y sin diálogo. A diferencia de otras entidades donde la iniciativa ha abierto espacios legislativos y presupuestales, en Chiapas las pacientes enfrentan un muro. Para muchas, esta ley no es una petición, es una necesidad que marca la diferencia entre el abandono y la posibilidad de vivir con dignidad.
Las cifras son claras: de cada 100 mil personas, entre 20 y 70 viven con lupus, en su mayoría mujeres, y la enfermedad ya figura entre las 20 principales causas de muerte femeninas en México. La omisión legislativa, entonces, no es menor. Se trata de vidas ignoradas por una estructura que no reconoce su urgencia ni su derecho.
La exigencia no es una dádiva, es justicia. La Ley Lupus podría abrir camino a una política de salud con enfoque en enfermedades autoinmunes, pero para eso hace falta algo más que discursos. Hace falta presencia, voluntad y la capacidad de escuchar. De lo contrario, Chiapas seguirá rezagado, no por falta de leyes, sino por la indiferencia de quienes tienen en sus manos la posibilidad de hacerlas valer.