La región avanza en tecnificación agrícola con obras que fortalecen la producción de café, plátano y mango
IVÁN LÓPEZ/PORTAVOZ
FOTO: ALEJANDRO LÓPEZ
La inversión federal anunciada por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) para modernizar la infraestructura hidroagrícola en Chiapas representa algo más que una cifra histórica, es una oportunidad para corregir décadas de rezago rural. Con 156 millones de pesos en 2025 y una bolsa total que podría superar los 291 millones con aportaciones locales, el anuncio traza una nueva narrativa para el campo chiapaneco.
Durante años, la carencia de infraestructura básica como canales revestidos o sistemas de riego eficientes ha condenado a miles de hectáreas al desperdicio de agua y a una productividad mínima. Esta vez, el enfoque no es solo asistencial, sino estratégico, cada mejora técnica se convierte en una apuesta por la soberanía alimentaria y la autosuficiencia regional.
Modernizar el campo implica cambiar también la lógica de la distribución del agua. Si Chiapas logra optimizar el uso agrícola del recurso, como promete la Conagua, no solo se beneficiará la producción; también se aliviarán presiones sobre comunidades que aún carecen de agua potable y sistemas de tratamiento funcionales.
La clave será la implementación, sin vigilancia técnica ni participación activa de las y los productores, los fondos podrían diluirse en burocracia o en proyectos aislados. La experiencia nacional ha mostrado que el éxito de estas inversiones depende tanto de la voluntad política como del acompañamiento comunitario.
La inversión, entonces, no debe celebrarse como un punto de llegada, sino como un punto de partida. Si el sureste dejó de estar olvidado, como se repite en los discursos, el próximo paso será demostrar que el dinero público puede transformar realidades rurales de forma sostenible, concreta y duradera.Pero eso solo será posible si se prioriza el seguimiento técnico y se impide que los recursos se diluyan en prácticas clientelares. El verdadero éxito se medirá cuando el agua no solo riegue parcelas, sino también justicia y futuro para quienes cultivan la tierra.