Hacen un llamado a consumidores y vendedores de alimentos a que se comprometan a
seguir recomendaciones para protegerse a sí mismo y a los demás
YUSETT YÁÑEZ/PORTAVOZ
FOTO: ALEJANDRO LÓPEZ
Con la llegada del calor, se ha observado un notable incremento en las consultas médicas
relacionadas con enfermedades gastrointestinales, especialmente diarreas. Este
fenómeno puede atribuirse a diversos factores que se ven exacerbados por las altas
temperaturas, los cuales afectan la seguridad alimentaria y la salud de la población.
La exposición prolongada a temperaturas elevadas puede provocar la rápida
descomposición de los alimentos. Según el Dr. Francisco Pérez Fernández, “el calor echa a
perder muy fácilmente los alimentos, principalmente cuando se guardan de un día a otro
o cuando están expuestos a los calores directos en las ventas de ambulantes”. Esta
situación se agrava en contextos donde la refrigeración no es adecuada, lo que aumenta el
riesgo de intoxicaciones alimentarias.
Las enfermedades gastrointestinales, como las diarreas, son síntomas comunes de
infecciones provocadas por bacterias, virus o parásitos que proliferan en alimentos mal
almacenados o manipulados de manera inadecuada. Por ello, es crucial que los
consumidores tomen precauciones al momento de adquirir y consumir alimentos.
Al respecto, el Dr. Pérez recomendó “consumir los alimentos el mismo día en que se
preparan; si se van a guardar, que sea en un refrigerador con muy buena temperatura. No
consumir demasiados alimentos en la calle, porque estos pueden echarse a perder y no
sabemos el tiempo que llevan preparados”.
Además de las recomendaciones sobre la manipulación y consumo de alimentos, el
médico enfatiza la importancia de la higiene personal. Lavarse las manos con regularidad,
especialmente antes de comer y después de ir al baño, es fundamental para prevenir
enfermedades gastrointestinales. La falta de higiene puede ser un factor determinante en
la propagación de infecciones, y es una medida sencilla, pero efectiva para proteger la
salud.
Asimismo, las altas temperaturas no solo afectan la calidad de los alimentos, sino que
también pueden tener un impacto negativo en la salud general de las personas. La
exposición a los rayos solares entre las 11 de la mañana y las cinco de la tarde es
particularmente peligrosa, no solo por el riesgo de insolaciones, sino también por la
deshidratación que puede resultar de la falta de líquidos adecuados. “Primero es para su
salud, no exponerse a los rayos solares entre las 11 de la mañana y las cinco de la tarde,
que son los más fuertes”, aconseja el Dr. Pérez.
Para aquellos que deben salir durante estas horas, es recomendable protegerse
adecuadamente. Usar un sombrero, llevar un paraguas y mantener una adecuada
hidratación son medidas que pueden ayudar a mitigar los efectos del calor. “Llevar
líquidos para que no tenga que tomar cualquier cosa en la calle” es una estrategia que
puede evitar la ingestión de bebidas potencialmente contaminadas.
El aumento de enfermedades gastrointestinales en épocas de calor es un problema que
puede ser prevenido con medidas adecuadas. La educación sobre la manipulación de
alimentos, la importancia de la higiene personal y la protección contra el sol son factores
clave para mantener la salud y prevenir enfermedades.