La diputada Jovannie Ibarra presentó punto de acuerdo para devolver el recinto a la ciudadanía organizada
SANDRA DE LOS SANTOS/PORTAVOZ
Este martes, la diputada Jovannie Maricela Ibarra Gallardo presentó ante el Congreso del Estado de Chiapas un punto de acuerdo mediante el cual exhorta a las autoridades estatales y municipales a entregar el inmueble del Museo de la Ciudad de Tuxtla a la Fundación Fernando Castañón Gamboa, organización conformada por ciudadanas y ciudadanos comprometidos con la protección del patrimonio histórico y cultural de la capital chiapaneca.
La propuesta legislativa reconoce el trabajo sostenido de la Fundación, que no solo ha demostrado capacidad para gestionar y preservar el edificio que alberga el Museo, sino que ha impulsado un proyecto integral de fomento ciudadano, con actividades culturales, exposiciones, procesos de memoria colectiva, espacios de participación social y apropiación del espacio público con sentido comunitario.
Desde el cierre del Museo, la Fundación ha enviado diversos oficios a las autoridades competentes —tanto del ámbito estatal como municipal— solicitando la reapertura y devolución del inmueble, sin que hasta la fecha se haya dado una respuesta satisfactoria. La falta de atención institucional ha generado un vacío que pone en riesgo no solo el edificio, sino también el acceso de la población a un espacio que históricamente ha sido punto de encuentro para expresiones artísticas, cívicas y de defensa de los derechos humanos.
En la sesión de este día, integrantes de la Fundación Fernando Castañón Gamboa acudieron al Congreso para respaldar la propuesta. Su presencia no solo refuerza el carácter ciudadano de esta iniciativa, sino que da cuenta del compromiso colectivo por recuperar el Museo como un bien público, abierto, plural y vivo.
El punto de acuerdo turnado a comisiones plantea una ruta de restitución del inmueble basada en el reconocimiento de las capacidades organizativas, la experiencia probada y la legitimidad social que la Fundación ha ganado en años de trabajo. Su solicitud no es improvisada: responde a un proceso de gestión transparente, diálogo con la comunidad y convicción de que la cultura y la participación ciudadana deben tener un lugar digno en la vida pública de Tuxtla.