Una mujer escritora
Sheila X. Gutiérrez Zenteno
En el año 2023, en el municipio de Amatán, Chiapas, un hombre decidió castigar a su esposa, estaba molesto porque ella le solicitó el divorcio luego de tolerar todo tipo de violencia en su relación. Para vengarse, dio a beber a sus cuatro hijos una sustancia que derivó en su envenenamiento, dos de los infantes murieron. A ellos los mató para castigarla. A esto se le conoce como violencia vicaria y el asesinato de los hijos e hijas por parte del progenitor es la consecuencia más violenta, aunque no la única.
El pasado 6 de junio, el diputado morenista Ricardo Monreal, publicó el artículo titulado Derecha vicaria en el que defiende afanosamente al secretario de Organización de Morena, Andrés López Beltrán, quien solicitó públicamente en un podcast ya no ser llamado Andy; más allá de la reacción en las redes sociales, Monreal fijó su postura en un escrito en el que utilizó como argumento la figura de la violencia vicaria, no contento con ello, se inventó un nuevo término: violencia política vicaria, que terminó comparando con lo que denominó violencia sicaria.
Monreal tiene razón en una cosa: la violencia vicaria es una de las más crueles y despiadadas de todas las formas de violencia de género; el asunto es que se le olvidó, en el burdo epígrafe que construyó a modo para su artículo, señalar que la violencia vicaria busca destruir a una mujer y que este tipo de violencia siempre será ejercida por un hombre.
RICARDO MONREAL, MISÓGINO Y MACHISTA
Una de las prácticas más comunes en la política es borrar a las mujeres del discurso público o si es el caso, dejarnos como objetos de ornato en los eventos. Cuántas veces no hemos visto o asistido a conferencias sobre los derechos de las mujeres y no hay una sola mujer en el panel. En cantidad de espacios se habla de nosotras obviando nuestra existencia y participación. Nos borran y esto sucede en todos los ámbitos, desde la academia hasta la política; algunos hombres (machos, androcentristas y patriarcales) nos eliminan verbalmente, legalmente, visualmente, mediáticamente.
En el año 2015, por ejemplo, un diario ortodoxo israelí eliminó digitalmente de sus gráficos a Angela Merkel y a la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini,quienes asistieron a París a una marcha solidaria, porque las mujeres no deben ser vistas públicamente. ¿Cree que no sucede en México? Aquí también nos borran.
Monreal inició su escrito con un epígrafe que, en apariencia, es una cita textual de una publicación sobre violencia vicaria que yace en el sitio web de la Universidad Complutense de Madrid, en realidad, el flamante académico, abogado y político mexicano incluyó destajos de ese documento, en un epígrafe escrito a modo. En su publicación, Monreal escribió:
“La violencia vicaria es la más cruel y despiadada de todas las formas de violencia contra una persona, porque busca causar un daño físico y emocional irreparables a sus víctimas a través de terceras personas inocentes”. “Así es la violencia vicaria”, Universidad Complutense de Madrid, 2024.
La información que yace en el sitio de la Complutense, a la letra dice: “La violencia vicaria es la más cruel y despiadada porque causa un daño irreparable y destruye a la mujer”, y también se le olvidó citar lo siguiente:
El asesinato de las hijas o hijos es la parte más visible de esta forma de violencia extrema que destruye a la mujer para siempre; pero es habitual la manipulación de hijas o hijos para que se pongan en contra de la madre o incluso la agredan. Esas hijas e hijos sufren un daño irreparable y son también víctimas de violencia de género.
No hay manera de justificar que Ricardo Monreal borrara a la mujer como figura de la violencia vicaria en su escrito. ¿Qué sigue? ¿Borrarnos como categoría legal?
López Beltrán no vive violencia vicaria, la viven las madres e infantes al ser separadas porque un maltratador así lo decidió, porque ese hombre cuenta con la ayuda de sus cercanos para lograr su propósito, porque persiste la falta de interés de la sociedad ante este tema; la violencia vicaria “tiene como objetivo dañar a la mujer a través de sus seres queridos y especialmente de sus hijas e hijos”.
Que Monreal borrara en su escrito la palabra mujer del concepto de violencia vicaria para buscar victimizar a Beltrán, solo muestra que el diputado es uno más de los machos que desaparecen a las mujeres del discurso público con tal de lograr sus fines políticos. Al intentar usar la violencia vicaria para defender a otro político, Monreal daña la lucha de miles de madres mexicanas que buscan, por todos los medios legales posibles, recuperar a sus hijos e hijas vivos.
HACER DAÑO A TRAVÉS DE LOS HIJOS
La violencia vicaria busca destruir a una mujer. ¿A qué mujer? A la que decide poner fin a la violencia que vive en su relación de pareja y enfrenta (o huye) de su violentador. La violencia vicaria es una forma de control y manipulación ejercida por el progenitor que busca debilitar a su víctima: su pareja (o ex pareja), madre de sus infantes. Este tipo de violencia no se da sola, se produce junto con otros tipos de violencia machista que la madre ha venido viviendo de manos de su abusador.
La violencia vicaria no es alienación parental, tampoco es violencia familiar, es una clase de violencia con características muy particulares que en México se encuentra perfectamente definida en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, en el Código Civil Federal y en el Código Penal Federal desde inicios de 2024; en Chiapas yace en el Código Penal y Civil del Estado, aprobados también ese año.
En el Informe Contextual sobre Violencia Vicaria publicado en noviembre de 2023 se explica que el concepto de violencia vicaria fue acuñado por la psicóloga clínica y forense Sonia Vaccaro con el objetivo de analizar la violencia que se produce con mayor intensidad tras llevarse a cabo una separación de pareja. El concepto «vicario» hace referencia a la sustitución de un individuo por otro, se habla de violencia vicaria cuando el maltratador (que es el progenitor) en lugar de agredir a la mujer, violenta a sus hijos (o si es el caso, a familiares cercanos en situación vulnerable).
El progenitor utiliza a sus hijos o hijas para castigar y destruir a su pareja (o ex pareja). Las mujeres, desesperadas por no romper el vínculo con sus infantes, ceden a todos tipo de chantajes para evitar que este les haga daño o se los lleve a otro lugar: aceptan las visitas del padre en casa (lo cual es un peligro dado la violencia que ya se vive), otras mujeres renuncian a los cuidados de sus críos, firman permisos, documentos y ceden la crianza para evitar que sean dañados. Pero hay abusadores que buscan un castigo mayor para la mujer, así que les asesina.
LA VIOLENCIA VICARIA NO ES POLITIQUERÍA SEÑOR MONREAL
Las mujeres luchamos por nuestros derechos desde hace siglos, y ninguno de ellos se ha conquistado gracias a los hombres; cuando Monreal eligió usar erradamente la figura de la violencia vicaria, vulneró los derechos de cientos de mujeres e infantes y eligió desinformar a la sociedad sobre el tema, solo mostró su misoginia.
La violencia política vicaria no existe y que Monreal jugase literariamente con un delito, prueba su desconocimiento y poco interés por el tema. Desconoció de un plumazo la lucha que decenas de compañeras libran día con día en este país con la firme esperanza de recuperar a sus hijos e hijas o al menos, lograr algo de justicia por sus muertes.
Eileen Rodríguez López, Representante del Frente Nacional Contra la Violencia Vicaria en Chiapas sabe que son muchas las mujeres que viven violencia vicaria y no saben reconocerla, ya que la confunden sobre todo con violencia familiar, por ello es importante hablar de ella. Actualmente el Frente Cívico Nacional gestiona, apoya y difunde más de cinco mil casos en los que las madres luchan por recuperar a sus hijos de manos de sus progenitores, antes de que la violencia contra ellos escale.
Eileen lo tiene muy claro, el escrito de Monreal además de denigrante visibiliza esos entramados en los que se apoyan entre detractores que han buscado boicotear la lucha de las mujeres que viven violencia vicaria, “Monreal necesita acercarse a la realidad del país y conocer la legislación para no violentarla”. Tergiversar un delito como la violencia vicaria para fines políticos, solo pone en evidencia esas lealtades masculinas que siguen sosteniendo la violencia estructural que las mujeres vivimos.
Son hombres cubriéndose entre ellos, como lo han hecho por siglos. Lo vemos en la fotografía que ayer se publicó en la cuenta oficial de Instagram de un político abrazando a alguien que cuenta con diversas denuncias por violencia de pareja o en el retrato de un presunto agresor vicario que fue develado en el muro de honor del Congreso del Estado de Chiapas. Así se sostiene la violencia estructural contra las mujeres.
La próxima vez diputado Monreal, documéntese antes de aseverar algo o desinformar a la sociedad ¿o así revisa las leyes que aprueba?