Sheila X. Gutiérrez Zenteno
El matrimonio infantil está prohibido en México, pero tenemos niñas pariendo.
¿Qué hace falta en este país para que las niñas dejen de ser trofeos matrimoniales? ¿Qué hace falta para que niñas y menores de edad dejen de parir? ¿Hemos normalizado a tal grado la violencia contra niñas y mujeres que la mayoría guarda silencio y participa en celebraciones en las que una menor de 12 años termina emparejada con un sujeto de 32? ¿Por qué seguimos avalando matrimonios de jóvenes mujeres de 20 o 22 años de edad con hombres de 50 o 75 años? ¿Hasta cuándo permitiremos prácticas como el matrimonio forzado o el matrimonio entre menores que degradan el cuerpo y la dignidad y avalan la violencia?
Hay que decirlo con todas sus letras, esto no es amor.
Es estupro, es pederastia, es violación, es abuso de poder. Que niñas de 10, 11 o 12 años de edad tengan hijos de hombres de 15, 20, 30 o 70 años no es amor, es violencia. Niñas, adolescentes y mujeres jóvenes son vendidas como ganado para el uso y disfrute de los hombres que pueden comprarlas, son matrimonios forzados, y en México parece que no hay ley que detenga estas repugnantes prácticas. La realidad es que todas ellas terminaron en esas relaciones de abuso obligadas por sus familias.
Es aberrante que aún existan personas que defienden estas prácticas abusivas, pero es aún más indignante que no haya ley o Gobierno que sea capaz de detener estas uniones. Dejemos de adornar la realidad y la violencia sistemática y estructural que viven decenas de niñas y mujeres bajo la justificante de los usos y costumbres, la tradición o la falsa idea de seguridad. Son prácticas violentas que vulneran sus derechos de infancia, humanos y el acceso a una vida libre de violencia.
NIÑAS SIENDO MADRES
Imagina que eres una niña de 10 años. Naciste en una zona urbana, rural o indígena, tu infancia se enfoca en la educación formal y en las actividades recreativas, vas a la escuela y juegas con tus amigas. Tu familia te protege. Este sería el escenario ideal para cualquier niña, infortunadamente, muchas de ellas no tienen acceso a esto, viven en entornos que les niegan educación y un hogar estable.
Imagina que eres una niña de 10 años que debe asistir a la primaria y jugar con otras niñas, pero tu familia considera que, una vez que has menstruado eres una mujer por lo que, debes casarte (si no te violan antes). A tus 10 años has sido emparejada con un tipo de 46, los 36 años de diferencia poco importan. Tu familia te obliga a contraer matrimonio con él (ya sea porque sus recursos económicos son limitados, porque fueron educados con esa visión o porque te violó). Eres forzada no solo a vivir con un sujeto que podría ser tu padre o tu abuelo, él abusa de ti porque tu familia le otorgó ese “derecho”; a los 11 años terminas pariendo un bebé cuando debieras estar aprendiendo a jugar matatena y la tabla del ocho.
No es ficción. Un nacimiento registrado en el municipio de Matehuala (San Luis Potosí), durante 2024 involucró a una niña de 11 años como madre y a un hombre de 47 años como padre, según datos de la Secretaría de Salud (SSA). Y no fue el único caso, se tiene registro de niñas de 10, 11 y 12 años pariendo hijos de sujetos que les doblan y triplican la edad.
HAY CIFRAS QUE REFLEJAN LA VIOLENCIA Y EL ABUSO SEXUAL INFANTIL
Dos tablas publicadas en redes sociales por la Colectiva Amor no es violencia A.C. concentran información recopilada por la SSA respecto a los 30 nacimientos registrados en México durante 2024 con las madres más jóvenes (se incluye la edad del padre), y los 30 nacimientos registrados durante 2024 con la mayor diferencia de edad entre la madre y el padre. La información se puede verificar en los datos publicados por la Dirección General de Información en Salud (DGIS) de la Secretaría de Salud, en el registro de nacimientos 2024.
Localidades de Guerrero, Veracruz, Chihuahua, Estado de México, Jalisco, Guanajuato, Puebla, Colima y Chiapas, entre otros, aparecen en la lista. En la tabla de nacimientos registrados en México con mayor diferencia de edad entre padre y madre se registró un caso en Comitán de Domínguez, Chiapas. Ella dio a luz con 21 años de edad, el padre tenía 85 años. Son 64 años de diferencia. En Ocosingo, una niña de 10 años tuvo un bebé de un menor de 17 años. ¿Cómo puede esto normalizarse?
En el listado se observan 14 casos de niñas de 11 años que parieron, los padres de los bebés son sujetos entre los 15 y 47 años de edad (uno de esos nacimientos se registró en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas). Hay 13 casos de niñas que fueron madres a los 12 años de edad; la edad del padre más joven es de 16 años y el mayor contaba en ese momento con 65 años de edad. ¿Por qué tendría relaciones sexuales una niña de 12 años con un hombre 53 años mayor que ella?
Leer que una niña de 12 años fue obligada a sostener relaciones sexuales con un sujeto de 65 años y que además tuvo que parir hace que a una le hierva la sangre. Pero ninguna institución de Gobierno da la cara. ¿Cómo lo harían cuando hace unos días el Comité de la CEDAW en la ONU reprobó al Estado Mexicano ante su pésimo trabajo en relación a la protección de las mujeres y niñas?
Contrario a ello, el actual Gobierno ha iniciado una campaña que busca borrarnos institucionalmente; con la reforma del 16 de diciembre de 2024 a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida libre de Violencia se incluye a los niños y adolescentes hombres en las medidas u órdenes de protección con lo que rompieron la especificidad sexogenérica de la Ley General de Acceso al incluirlos, lo cual es grave, no porque los niños no tengan derecho, pero fueron reformas que debieron reflejarse en la Ley General de Niñas, Niños y Adolescentes.
Hasta el momento, ninguna institución gubernamental ha salido a dar una explicación (al menos en Chiapas) de cuáles son las medidas que están impulsando para erradicar el matrimonio forzado o entre menores, si se abrieron carpetas de investigación contra los hombres que embarazaron a las niñas y adolescentes o en qué condiciones una mujer de 20 años se embaraza de un hombre de 75. Estas relaciones que derivan en embarazos, no pueden considerarse consensuadas, son violaciones sexuales. ¿Ninguna institución de Gobierno explicará cómo pretenden terminar con los matrimonios forzados, matrimonios entre adolescentes y los abusos contra niñas y menores de edad?
PRÁCTICAS CULTURALES POR ENCIMA DE DERECHOS DE NIÑAS, ADOLESCENTES Y MUJERES JÓVENES
El matrimonio forzado, entre menores o tradiciones como el rapto (que sigue vigente en algunas zonas del país), forman parte de tradiciones, usos y costumbres y normas de conducta que encubren delitos como el secuestro, la violación, la pederastia y el feminicidio. Con los datos de la SSA viralizados (no por la institución sino por una A.C), todo parece indicar que en la ley no se aplica.
El matrimonio infantil está prohibido en la ley y en los códigos civiles y penales en México, desde 2014. El informe sombra presentado por Mujeres de Ciudad Juárez y la GAMAG ante la CEDAW en junio de 2025 señala que la Ley General de Derechos de Niñas, Niños y Adolescente ordena en su artículo 45 que las leyes federales y locales establecerán como edad mínima para contraer matrimonio los 18 años. Se supone que hoy todos los Códigos Civiles de las 32 entidades federativas prohíben el matrimonio o el concubinato que involucren a una niña o niño menor de 18 años.
El Código Penal Federal sanciona las cohabitaciones forzadas de menores con un adulto, también la venta o trueque de niñas. Establece que se castigará a quien obligue, coaccione, induzca, solicite o gestione u oferte a una o varias personas, a unirse informal o consuetudinariamente con o sin su consentimiento con alguien de su misma condición o con persona mayor de 18 años con el fin de convivir en forma constante e equiparable a la de un matrimonio.
Sin embargo, la realidad es otra. En el mes de junio, se hizo viral en redes sociales el video de una pareja de contrayentes conformada por dos menores de edad; la boda se realizó en Tlacoachistlahuacla en Guerrero, como parte de un acuerdo entre familias. De acuerdo con datos del INEGI hay cerca de 28 mil niñas y adolescentes indígenas entre 10 y 17 años que están casadas, derivado de la compra y venta de mujeres.
En 2023, el mismo Gobierno de México reconocía que una de cada cinco niñas era obligada al matrimonio infantil en comunidades indígenas. Poco se habla de estos matrimonios en las ciudades, sin embargo, existen. La realidad es que las autoridades no han adoptado medidas para eliminar las prácticas culturales que favorecen esta violencia, particularmente en territorios donde rigen sistemas normativos de usos y costumbres. ¿Hasta cuándo?