Gobierno plantea rehabilitar hospitales y rescatar clínicas de Parto Humanizado como parte de una estrategia integral
IVÁN LÓPEZ/PORTAVOZ
FOTO: ALEJANDRO LÓPEZ
En Chiapas, los hospitales dejaron de ser espacios de atención digna para convertirse, en muchos casos, en edificios sin uso o sin personal suficiente. Así lo reconoció la propia Secretaría de Salud del estado, que ahora enfrenta una deuda histórica, revertir más de una década de omisiones estructurales. Con un retraso de al menos 12 años en obras y servicios esenciales, la actual administración inicia un proceso que no solo busca rehabilitar infraestructura, sino también reconstruir la confianza de la población.
Uno de los pasos más simbólicos y urgentes es la recuperación de las clínicas de Parto Humanizado, un modelo que se había estancado pese a su enfoque sensible y con perspectiva de género. El nuevo impulso contempla la inclusión activa de parteras certificadas, muchas de ellas desplazadas por el modelo médico centralizado, a pesar de que en la entidad el 27 por ciento de los nacimientos aún ocurre en casa, según la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID 2023).
La inversión anunciada por encima de los dos mil 500 millones de pesos para rehabilitar cinco hospitales públicos llega en un momento donde el 45 por ciento de la población carece de acceso a servicios de salud, de acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). Esa cifra no solo habla de la falta de médicos o medicamentos, sino de una deuda de planeación. Por años, se priorizaron obras que no respondían a necesidades reales, mientras zonas rurales acumulaban carencias.
Las acciones recientes, como el diagnóstico de infraestructura y el fortalecimiento de hospitales, buscan romper con la lógica de los llamados “elefantes blancos”. En el estado, hay al menos 60 unidades médicas que permanecen cerradas o con servicios mínimos, según el último censo del sector. Ese abandono explica por qué las consultas de primer nivel en la entidad se redujeron un 38 por ciento en la última década, un retroceso inaceptable.
Si bien las autoridades aseguraron que ahora se parte de una visión más humana, queda por ver si este giro logrará traducirse en atención oportuna para quienes han vivido años sin siquiera una clínica cercana. Con más del 70 por ciento de los municipios catalogados como de alta marginación, la región necesita más que inauguraciones, necesita continuidad, planeación desde las comunidades y una política de salud que deje de mirar al pasado como carga y lo asuma como responsabilidad.