Con apenas 0.4 profesionales por cada mil habitantes, Chiapas enfrenta una de las mayores brechas de salud en elpaís
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
FOTO: ALEJANDRO LÓPEZ
En Chiapas, la modernización hospitalaria avanza a paso firme, pero el factor humano sigue rezagado. La construcción y equipamiento de unidades médicas con una inversión superior a 350 millones de pesos no ha logrado que los médicos especialistas acepten plazas en las zonas más apartadas. La geografía accidentada, las largas distancias y el aislamiento social pesan más que las nuevas paredes y equipos.
El déficit de personal especializado no es exclusivo de la entidad, pero aquí se acentúa, México tiene en promedio 119 médicos especialistas por cada 100 mil habitantes, muy por debajo de la recomendación internacional de 230. En la entidad, la proporción cae a 0.4 por cada mil habitantes, una cifra que explica por qué hay quirófanos equipados que permanecen sin uso y pacientes que deben viajar horas para una consulta.
La estrategia del IMSS-Bienestar para suplir la ausencia de especialistas fijos es llevar el servicio a la gente mediante jornadas quirúrgicas itinerantes. Estos equipos reactivarán quirófanos en comunidades donde, según cifras oficiales, más del 70 por ciento de las plazas de especialidad permanecen vacantes. La intención es atender procedimientos pendientes y evitar que las distancias retracen diagnósticos y tratamientos.
Este vacío de personal tiene un impacto real en la salud pública. Entre 2015 y 2020, el acceso a servicios de salud en la comarca cayó 12.7 puntos porcentuales, mientras que en otras regiones del país se mantuvo estable o creció. Sin especialistas, la atención oportuna se vuelve un privilegio de las zonas urbanas, lo que deja a las comunidades rurales en una vulnerabilidad crónica.
Expertos advirtieron que, sin incentivos económicos, seguridad y oportunidades de desarrollo profesional, los esfuerzos de infraestructura y movilidad médica quedarán como soluciones parciales. Con un déficit nacional estimado en 154 mil 786 médicos especialistas, el reto no es solo cubrir vacantes, sino hacer que vivir y ejercer en las regiones apartadas sea una opción viable y atractiva para quienes pueden cambiar la historia de la salud en el estado.