Habitantes denunciaron que, pese a pagar el servicio, las fallas en bombas y transformadores dejan sin agua a cientos de familias
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
Cientos de familias del fraccionamiento Los Encinos han alzado su voz con urgencia, el alcalde Julio Gamboa Altúzar debe asumir su responsabilidad y poner fin a años de interrupciones en el agua entubada. Ante una problemática que ya roza el hartazgo, los vecinos denunciaron que oficios y reclamos quedan en un cajón municipal, sin reflejo efectivo en el sistema local de agua potable.
Una de las afectadas, explicó que, desde hace cinco años, cada dos o tres meses enfrentan fallas recurrentes, ya sea por averías en la bomba de pozo profundo o por transformadores que se “truenan” sin que haya una estrategia estructural que mitigue la crisis. Esta realidad contrasta con una cifra nacional, solo alrededor del 85 por ciento de los hogares en México cuentan con agua entubada dentro de su vivienda, cifra que en zonas rurales como algunas comunidades chiapanecas desciende incluso al 70 por ciento.
Añadiendo su testimonio, otro afectado subrayó que llevan ya una semana sin agua, mientras el edil sigue sin responder. La urgencia es palpable, y entre los vecinos crece la propuesta de una mesa de diálogo con la Comisión Federal de Electricidad (CFE), y representantes del ayuntamiento para impulsar una solución técnica y duradera. Esto, en un municipio donde apenas el 60 por ciento de la población rural tiene acceso a drenaje conectado a red pública, reflejo de rezagos en infraestructura básica.
Lo indignante para los residentes no solo es la falta del recurso vital, sino que, pese a pagar “cuotas” por adelantado,siguen olvidados por el sistema. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 12 por ciento de los hogares chiapanecos efectúa pagos adelantados para sus servicios públicos, como muestra del descontento y desesperación por no perder suministro.
La paciencia está al límite. De mantenerse esta negligencia, los vecinos advirtieron que recurrirán a medidas más drásticas, como bloquear la Carretera Costera, para forzar la atención de Julio Gamboa. La comunidad exigió una respuesta clara, usar recursos, coordinar con CFE y el municipio, y construir infraestructura adecuada, todo para dejar de sortear fallas temporales y encarar una solución definitiva.