A ESTRIBOR
Juan Carlos Cal y Mayor
Tengo 4 años viendo los programas en que participaba como analista Javier Milei, el ahora
presidente electo de Argentina. No pintaba ni remotamente para ser presidente, no era político, ni
pertenecía a un partido político. Es un académico y economista educado en el liberalismo de la
escuela austriaca cuyos argumentos fueron desmontando con evidencia empírica a los defensores
del peronismo y el kirchnerismo que ha sumido a Argentina en la pobreza con sus políticas
populistas, estatistas y socialistas. Como es costumbre la izquierda enfurece cuando se la deja en
evidencia, cuando se les demuestra que los países libres que respetan la propiedad privada y el
libre comercio son los más desarrollados, distinto a la demagogia populista que amenaza con
extenderse y hundió a Cuba, Nicaragua y Venezuela en una pobreza lacerante.
FALACIA
A Milei lo han llamado facho (fascista) y él los llama zurdos, una sopa de su propio chocolate. Ante
la racionalidad de sus argumentos, los parásitos de la izquierda lo insultan y agreden como sucede
en México y otros países en los que se inculca el odio clasista. A ello Milei respondía con pasión y
energía. Esos exabruptos le merecieron toda clase de adjetivos como el de llamarlo Nazi a lo cual
respondió con coraje dado que es un hombre imbuido en el estudio de la Torá y la fe judaica. Si
algo hicieron los nazis fue perseguir y exterminar a los judíos, de ahí el agravio a Milei. Es una
falacia asociar a la derecha con el nazismo (nacional socialismo). Milei proclama adelgazar al
estado y lo que hizo Hitler fue todo lo contrario. En ese sentido la izquierda autoritaria es más un
símil del fascismo. Milei se propone acabar con la corrupción y los privilegios de lo que llama la
casta política. ¿No es acaso lo que se propuso infructuosamente López Obrador?
DOLARIZAR
En lo que si hay una enorme diferencia con el resto de toda la América Latina es que, por la vía
democrática, no como Pinochet, se propone liberar a la economía subyugada por el estado
argentino. Abrirse al comercio con el mundo libre y no solo con China que tiene copada a su
economía. Acabar con el déficit presupuestal y la maquinita de hacer billetes de las que han
abusado como lo hace ahora nuestro gobierno con un sobregiro del gasto público anticipando un
déficit fiscal de 1.7 billones de pesos, deuda pública futura. En Argentina le deben todo al Fondo
Monetario Internacional. Subsidian un gasto público irresponsable con deuda y emisión de
billetes. Por eso su moneda no vale nada. Por eso Argentina es la 3er economía más dolarizada del
mundo, después de la rusa y la china (hágame usted el favor). Los argentinos como lo hacíamos
nosotros en pasado, prefieren ahorrar en dólares porque su moneda se devalúa todos los días. Por
eso Milei propone dolarizar libremente como lo hizo Ecuador o El Salvador sin sobresaltos, pero
con estabilidad económica.
EN UN MAR DE TIBURONES
Milei en sus exabruptos cometió algunos dislates y estos fueron aprovechados para tildarlo de
ultraderechista e incluso de loco y hasta desequilibrado mental. Criticó al Papa (Aunque luego se
disculpó), habló del derecho a poseer armas para defensa propia, de dar váuchers educativos para
que sean los padres quienes escojan a donde estudian sus hijos ya sea en escuelas públicas o
privadas, pero se dijo que quería acabar con la educación pública. Pecó de inocencia en un mar de
inundado de tiburones. Por eso se le fueron a la yugular con una campaña negativa que nos llegó
hasta México influenciando incluso hasta nuestros intelectuales y analistas que no se tomaron el
tiempo de valorar sin prejuicios la propuesta económica de Milei que es lo que realmente vale la
pena.
HARTAZGO SOCIAL
Con todo y las andanadas del aparato de estado, el apoyo internacional del grupo Puebla, las
encuestas que hablaban de un empate y la campaña del miedo para estigmatizar a Javier Milei,
este se levantó con un triunfo contundente en las elecciones argentinas. Con un 76% de
participación ciudadana, intentar cualquier maniobra para escamotear el resultado electoral
hubiese provocado un estallido social. El hartazgo social se impuso sobre un gobierno decadente,
falsario, corrupto y empobrecedor. La economía está destrozada y fue el ministro de economía el
candidato del oficialismo, ¿en qué cabeza cabe? Con él se devaluó escandalosamente la moneda y
se disparó la inflación hasta un 143%. La pobreza ronda el 40% y un hay un 10% en pobreza
extrema. Los servicios de salud deteriorados y una crisis educativa enorme. Los supermercados
reetiquetan sus precios todos los días. Hay desabasto de gasolinas ¿Le suena extraño?
LA MAGIA DEL MERCADO
Milei representa un salvavidas de un barco que se está hundiendo. La prensa mexicana llenó sus
encabezados diciendo que había ganado la ultraderecha, incluso el periódico El País en España,
como si hubiese llegado un tirano al poder. ¡Pamplinas! Lo que sucede es que nadie se había
atrevido a llamar a las cosas por su nombre. A desenmascarar a los socialistas, buenistas e
igualitaristas expertos en repartir la riqueza ajena empobreciendo a las mayorías, mientras ellos se
despachan con la cuchara grande. Por eso el rechazo, por eso el pánico a Milei. Un liderazgo que
debe apoyar el mundo libre y las democracias liberales para que tenga éxito y acabe por desterrar
a todos los demagogos populistas que hoy pululan en nuestro continente. Ahí están Corea de Sur e
Irlanda que unos cuantos años se convirtieron en países prósperos. Es la magia del libre mercado,
ni más ni menos.