Solo el 21.5% de las mujeres casadas cuenta con empleo y el nivel educativo son los principales factores que influyen en la participación laboral femenina
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
FOTO: JACOB GARCÍA
Un análisis llevado a cabo por la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami), basado en
datos recopilados por la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional
de Estadística y Geografía (Inegi), ha puesto de manifiesto una serie de desigualdades en el
mercado laboral mexicano, en especial en lo que respecta a la participación y los ingresos de las
mujeres.
Los resultados del estudio señalaron que las mujeres casadas enfrentan un 21.5 por ciento menos
de probabilidad de participación en comparación con aquellas que no lo están, lo que sugiere una
clara influencia del estado civil en las oportunidades de empleo. Esta disparidad resalta la
necesidad de abordar las barreras que enfrentan para ingresar al mercado laboral o mantenerse
en él.
Además, el nivel educativo también emergió como un factor determinante en la participación
laboral femenina. El análisis determinó un aumento significativo del 31 por ciento en la
probabilidad de empleo para aquellas mujeres con educación universitaria y de posgrado en
comparación con las que tienen niveles educativos más bajos. Esto subraya la importancia de
invertir en la educación de las mujeres para incrementar su participación y movilidad laboral.
Por otro lado, la presencia de hijos menores de cinco años y de niños de seis a 12 años se
identifica como un obstáculo adicional para la participación laboral de las mujeres. El estudio
mostró que estas responsabilidades familiares reducen la participación laboral en un 7.1 por
ciento. Esto destaca la necesidad de políticas que promuevan la conciliación entre la vida laboral y
familiar para garantizar que las mujeres puedan ingresar y permanecer en el mercado con
igualdad de condiciones.
A pesar de los avances en los aumentos del salario mínimo, persisten las brechas entre hombres y
mujeres. Factores como la maternidad, el nivel educativo y la falta de flexibilidad laboral
contribuyen a esta desigualdad. Por ello, es fundamental implementar políticas que aborden estas
disparidades y promuevan la igualdad de género en el empleo para lograr un mercado más
inclusivo y equitativo en Chiapas.