La inseguridad ha comprometido el futuro estudiantil de jóvenes chiapanecos
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
FOTO: JACOB GARCÍA
En la Sierra Madre de Chiapas, la violencia entre grupos del crimen organizado ha afectado el sistema educativo. El representante de la agrupación magisterial Bamos 40, David Guzmán Salas, alertó sobre una preocupante disminución en la matrícula de las preparatorias locales. Los municipios de Frontera Comalapa, Mazapa de Madero, Paso Hondo y Motozintla están viendo cómo sus aulas se vacían a medida que la violencia afecta la vida diaria.
Guzmán Salas señaló que la deserción escolar no se debe solo a la búsqueda de empleo, sino también a la presión ejercida por los grupos criminales. Según el líder magisterial, las clases que antes albergaban a 25 alumnos ahora apenas llegan a 10, una reducción alarmante que refleja el creciente control de los grupos delictivos sobre la juventud local. Estos grupos reclutan a los jóvenes, no solo para trabajos ilícitos, sino también para que actúen como halcones en retenes.
El fenómeno de la deserción escolar no solo es un indicador del impacto de la violencia, sino también un signo de la atracción que el dinero fácil tiene sobre los jóvenes. Guzmán Salas advirtió que estos jóvenes, en su búsqueda de ingresos rápidos, se enfrentan a peligros desconocidos al involucrarse con organizaciones criminales.
El papel del Gobierno es crucial para abordar esta crisis. La organización criticó la falta de acción por parte de las autoridades en la región. La ausencia de una estrategia integral para proteger a los jóvenes y garantizar la seguridad en las escuelas y comunidades contribuye al problema. Es necesario que el Gobierno implemente medidas concretas para revertir la situación y proteger a la población estudiantil de la Sierra Madre de Chiapas.
La solución a esta crisis requiere una combinación de esfuerzos para mejorar la seguridad, brindar oportunidades educativas y reforzar la justicia. La intervención estatal debe centrarse en desmantelar las redes criminales y proporcionar alternativas viables para los jóvenes, para asegurar que la educación pueda florecer en un entorno seguro.