Los testimonios de las víctimas reflejan un incremento en violencia, donde asaltantes amenazan a ciudadanos con cuchillos
IVÁN LÓPEZ/PORTAVOZ
La creciente inseguridad en el centro de Tuxtla Gutiérrez ha generado preocupación entre habitantes y comerciantes, quienes enfrentan robos y asaltos constantes. Este fenómeno, que afecta la calidad de vida de quienes trabajan y transitan por la zona, se ha intensificado en las últimas semanas, lo que afecta no solo a las personas que residen en el área, sino también a los visitantes.
El incremento de migrantes y la presencia de personas en situación de calle han complicado aún más la situación. Según denuncias recientes, una de las áreas más peligrosas es la tercera poniente, que se extiende desde la Avenida Central hasta la quinta norte. Este punto, en particular, ha visto un aumento alarmante en la presencia de personas con problemas de adicción, quienes no solo piden dinero, sino que también amenazan y agreden a los transeúntes.
Los relatos de quienes han sido víctimas de asaltos son inquietantes. Se han suscitado intentos de robos a personas que circulan por el área a plena luz del día, lo que ocasiona tensión entre los transeúntes. La falta de una respuesta efectiva por parte de las autoridades policíacas agrava esta situación, al dejar a los ciudadanos vulnerables en un área de la ciudad que debería ser un espacio de seguridad y convivencia.
Las autoridades municipales y estatales han sido instadas a intervenir antes de que se registre una tragedia mayor. La impotencia y la frustración de los comerciantes y trabajadores se traducen en un reclamo por más vigilancia y seguridad. En una zona donde conviven universidades y comercios, la falta de patrullajes no solo afecta la percepción de seguridad, sino que también impacta la economía local.
Ante este panorama, la comunidad ha decidido alzar la voz. Exigieron un compromiso real y acciones inmediatas para abordar la inseguridad que amenaza con desestabilizar la vida en el centro de Tuxtla Gutiérrez. Una pronta respuesta es vital para restaurar la confianza en las autoridades y garantizar un entorno seguro para todos.