El Gobierno ofrecerá exenciones fiscales para incentivar la llegada de industrias de energías limpias y maquinaria
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
La frontera sur de México podría experimentar una transformación económica sin precedentes con la creación de una zona libre de impuestos en Tapachula. El anuncio del gobernador ha despertado el interés de inversionistas nacionales y extranjeros, quienes ven en este esquema fiscal una oportunidad para expandir sus operaciones. De concretarse, el impacto se reflejaría en la generación de más de cinco mil empleos directos e indirectos en el primer año.
El incentivo principal para las empresas es la exención del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y el Impuesto Sobre la Renta (ISR) durante cinco años, con una reducción del 50 por ciento en los siguientes cinco. Este modelo, ya probado en otras regiones del país, busca atraer inversiones estratégicas que impulsen el desarrollo industrial. En la actualidad, cinco compañías han mostrado interés en instalarse en la frontera sur, enfocadas en energías limpias y maquinaria agrícola.
La ubicación de Tapachula le otorga una ventaja competitiva clave. Su cercanía con Centroamérica y su integración con proyectos de infraestructura como el Tren Transístmico y el polo de desarrollo en Puerto Chiapas la posicionan como un punto neurálgico para el comercio y la inversión. De consolidarse como un corredor económico, la ciudad podría convertirse en un referente comercial más allá del estado.
Sin embargo, el reto no solo radica en atraer empresas, sino en generar las condiciones necesarias para que permanezcan. Infraestructura, conectividad y mano de obra calificada serán factores determinantes en la consolidación de este proyecto. Los empresarios han señalado que la estabilidad política y la seguridad también jugarán un papel clave en el éxito de la zona libre de impuestos.
El panorama para Tapachula es prometedor, pero el tiempo será el mejor indicador de su viabilidad. Con el interés inicial de estas cinco industrias, la ciudad tiene la oportunidad de redefinir su papel en la economía nacional. Si el proyecto logra mantenerse y expandirse, la frontera sur podría convertirse en un motor de desarrollo industrial a largo plazo.