Chiapanecos tienden a recurrir a préstamos para cubrir costos en ropa, fotos y convivios de fin de curso
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
FOTO: ALEJANDRO LÓPEZ
Las celebraciones de clausura escolar se han convertido en una carga financiera que golpea con fuerza el bolsillo de las familias del Soconusco. En Tapachula, las casas de empeño han reportado un incremento de hasta el 60 por ciento en la demanda de préstamos durante las últimas semanas de junio, en especial para cubrir gastos relacionados con uniformes especiales, convivios, sesiones fotográficas y regalos escolares.
El gerente de una casa prendaria en el centro de la ciudad,Miguel Ángel Pérez, aseguró que este fenómeno se repite cada año, pero en esta temporada se ha intensificado debido al estancamiento económico. La urgencia por cumplir con las expectativas escolares ha convertido al empeño en el recurso inmediato más utilizado.
Según datos del Consejo Nacional de Inclusión Financiera, al cierre de 2023, más del 52 por ciento de la población en Chiapas no tiene acceso a servicios bancarios formales. En paralelo, la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) reveló que el 37 por ciento de los hogares en la región no cuenta con ahorros para enfrentar imprevistos. Estas condiciones explican por qué, ante un evento social como la clausura escolar, cientos de familias recurren a servicios prendarios como única opción.
El problema no es solo la falta de liquidez, se trata de un fenómeno cultural que refuerza la idea de que el cierre del ciclo escolar debe ser una celebración costosa, aún si esto implica endeudarse. Para muchas madres y padres, la presión social pesa más que la realidad financiera, “no celebrarlo como los demás” se traduce, muchas veces, en culpa o vergüenza.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), los gastos en educación y esparcimiento representan el 11.4 por ciento del total de egresos de los hogares chiapanecos. Mientras tanto, cifras de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF) indicaron que el 41 por ciento de quienes solicitan préstamos en casas de empeño lo hacen para cubrir gastos escolares. Las clausuras, en este contexto, dejan de ser una fiesta y se convierten en una factura difícil de saldar.