Las familias afectadas sobreviven en municipios cercanos, sin condiciones para regresar a su vida
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
FOTO: ALEJANDRO LÓPEZ
Han pasado más de siete meses desde que cientos de habitantes de Tila fueron expulsados de sus tierras, y su exigencia sigue siendo la misma: volver a casa sin miedo. En una conferencia de prensa en San Cristóbal de Las Casas, los desplazados advirtieron que la situación en el municipio sigue siendo inestable y que el grupo responsable de los ataques opera sin consecuencias. La impunidad, aseguraron, se ha convertido en el mayor obstáculo para su retorno.
El conflicto, derivado de disputas territoriales y políticas, ocasionó la quema de viviendas y la expulsión de alrededor de 400 personas el 5 de junio de 2024. Desde entonces, muchos han buscado refugio en Yajalón y otras comunidades, sobreviviendo en condiciones precarias mientras esperan garantías de seguridad para regresar. Aunque algunas familias han intentado volver, la presencia de los agresores los obliga a mantenerse lejos.
La intervención de fuerzas de seguridad como el Ejército y la Guardia Nacional (GN) no ha significado un avance real para los desplazados. Denunciaron que los patrullajes solo recorren carreteras sin confrontar a los responsables de los ataques. Las órdenes de aprehensión, según afirmaron, existen, pero no han sido ejecutadas. “¿De qué nos sirve la presencia de seguridad si no hay justicia?”, cuestionó una de las afectadas.
El reclamo va más allá de un retorno físico. Se trata del derecho a vivir sin temor a nuevos ataques y a recuperar un territorio que, aseguraron, les pertenece. Las 130 hectáreas que han quedado en disputa no solo representan su hogar, sino su identidad y su sustento. Para ellos, la expulsión forzada no es solo una consecuencia del conflicto, sino una estrategia para despojarlos de lo que es suyo.
Ante la falta de respuestas claras, los desplazados reiteraron su llamado al Gobierno federal y estatal para que actúen con firmeza. No quieren que su situación se convierta en otra historia de desplazamiento sin solución en Chiapas. “No pedimos promesas vacías, pedimos justicia y la oportunidad de volver sin miedo”, concluyeron.