Es necesario que la ciudadanía exija tomar medidas concretas para frenar la pérdida de flora, fauna y territorio
RODRIGO PASCACIO/PORTAVOZ
FOTO: ALEJANDRO LÓPEZ
La Reserva de la Biosfera del Volcán Tacana y los humedales ubicados en la zona baja del municipio enfrentan una gran problemática debido a la creciente pérdida de territorio, flora y fauna. El profesor Vicente Castro Castro, investigador de la Universidad Autónoma de Chiapas, dio a conocer la importancia y preservación de estos sitios, los cuales son vitales para la conservación de la biodiversidad local y global.
Lamentablemente, estos están siendo desplazados por la huella humana, el cambio climático y la falta de intervención efectiva de las autoridades. Vicente Castro igual mencionó que, en el caso de los manglares, como son los de Cabildo y Gancho Murillo, han tenido mayores afectaciones. Estos ecosistemas albergan cuatro especies de manglar que están protegidas por la ley, agregando que cuentan con una vasta variedad de fauna que incluye cocodrilos, tortugas, nutrias y una variedad de mamíferos.
Asimismo, destacó que las invasiones de tierras, las quemas y la contaminación están reduciendo su extensión y poniendo en peligro su supervivencia, por lo que es necesario llevar a cabo acciones para evitar este problema.
“La actividad humana es la principal responsable de la transformación de estos espacios naturales en terrenos productivos, lo que genera un impacto irreversible en la biodiversidad de estas zonas protegidas de la ciudad”, argumentó el experto.
De igual forma, comentó que la pérdida de territorio es superior al 89 por ciento en Chiapas, debido a alteraciones en su uso de suelo, transformándose en tierras agrícolas y ganaderas, situación recurrente y preocupante, lo cual afecta la cobertura vegetal original, dejando solo un pequeño porcentaje de estos ecosistemas intactos.
En lo que a la fauna respecta, detalló que el daño también ha sido grave. En el caso de los peces, la laguna que forma parte del humedal de la zona, se tenía un registro de hasta 23 especies, pero como consecuencia de la alteración del hábitat, ha reducido considerablemente la biodiversidad acuática.
Otra de las grandes pérdidas es la del jaguar, si hablamos de los mamíferos, una especie que históricamente habitaba la zona baja de Tapachula en la década de los 70’s y 80’s, desapareciendo en su totalidad debido a la destrucción de su hábitat.
“Es necesario que la ciudadanía exija a las autoridades que tomen medidas concretas para frenar la pérdida de flora, fauna y territorio; si no actuamos ahora, las generaciones futuras heredarán un ecosistema empobrecido y con pocos recursos naturales”, afirmó Vicente Castro.
Es una constante escuchar que, a causa de la huella humana, con el fin de ganar territorio para fines agrarios y ganaderos, destruyen los ecosistemas. Si bien es cierto que los recursos provenientes del campo son indispensables, otra realidad es el daño que estas actividades son para la flora y fauna, no solo a nivel local, sino globalmente. Con la desaparición de estos, quienes sufren las consecuencias al igual que la biodiversidad son los seres humanos; es por eso que las autoridades, en conjunto con la ciudadanía, deben tener una concientización más amplia para tomar las medidas necesarias.