Son mujeres que resguardan la tradición del Domingo de Ramos
YUSETT YÁÑEZ/PORTAVOZ
La señora Celestina, originaria de Aguacatenango, es una de las guardianas de una tradición que ha perdurado a lo largo de los años en esta comunidad, situada a dos horas de Tuxtla Gutiérrez. Con más de 40 años de experiencia en la elaboración de palmas, su labor es un testimonio de la dedicación y el amor que imprime en cada pieza que crea. Estas palmas son bendecidas el Domingo de Ramos, un símbolo de fe que acompaña a los fieles en sus celebraciones.
Durante la Semana Santa, Celestina viaja a la capital chiapaneca, donde ofrece sus palmas en diferentes iglesias de la ciudad. Este viaje no solo representa una oportunidad económica, sino también una forma de compartir su cultura y su arte con un público más amplio. Sin embargo, la realidad para muchas artesanas de Aguacatenango es compleja; el patriarcado aún persiste en su comunidad, lo que las lleva a viajar acompañadas de sus esposos. Por lo contrario, Celestina ha decidido salir acompañada de sus hijas, Paulina y María, quienes también participan en esta tradición familiar.
Juntas, estas mujeres han cruzado la delgada línea que marca su cultura, eligiendo ser autónomas y buscar su propio camino hacia la independencia y el sustento familiar. A través del bordado y la elaboración de palmas, han encontrado una manera de contribuir económicamente al hogar. Aunque el trabajo no siempre es bien remunerado, la fuerza de su tradición, transmitida de generación en generación, y su profunda fe les brindan la resistencia necesaria para seguir adelante.
La historia de Celestina y sus hijas es un reflejo de muchas mujeres en Aguacatenango, que, a pesar de las adversidades, continúan luchando por sus sueños y por el reconocimiento de su labor. En cada palma que tejen, llevan consigo no solo la esencia de su comunidad, sino también sus anhelos y su determinación. Estas mujeres son un ejemplo de cómo la tradición y la modernidad pueden entrelazarse, desafiando las normas establecidas y abriendo camino hacia un futuro donde su voz y su arte sean valorados.
PROCESO DE ELABORACIÓN
El proceso de elaboración de las palmas comienza meses antes del Domingo de Ramos, las artesanas seleccionan cuidadosamente las hojas de palma, que deben ser recolectadas en el momento adecuado para garantizar su flexibilidad y durabilidad. Una vez recogidas, las hojas son secadas al sol y luego se trenzan y moldean en figuras que pueden incluir cruces, ramos y otros diseños simbólicos.
Cada figura tiene un significado especial. Por ejemplo, las palmas trenzadas en forma de cruz representan la fe, mientras que otros diseños pueden simbolizar la esperanza y la renovación. Este simbolismo es fundamental en la celebración, dado que las palmas se utilizan en las ceremonias religiosas, donde los feligreses las llevan en procesión como parte de la liturgia.
RETOS Y PERSPECTIVAS
A pesar del éxito, las artesanas enfrentan varios retos. La competencia de productos industriales y la falta de interés de las nuevas generaciones por continuar con esta tradición son preocupaciones constantes.
Las artesanas que elaboran las palmas del Domingo de Ramos en Chiapas son un pilar fundamental de la cultura local. Su trabajo es un testimonio de la riqueza de la tradición, una celebración de la fe y un recordatorio de la importancia de la comunidad en la preservación de la identidad cultural.