Los cortes de luz se concentran entre las 18:30 y la 01:00 horas, momento donde el consumo de energía alcanza su punto máximo
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
FOTO: ALEJANDRO LÓPEZ
El calor no da tregua y la energía eléctrica tampoco. En Chiapas, donde las temperaturas superan los 35 grados incluso por la noche, los cortes de luz se han vuelto parte del paisaje cotidiano. La Comisión Federal de Electricidad (CFE) reconoció que el sistema enfrenta límites, el uso simultáneo de aires acondicionados, electrodomésticos y pantallas en horarios pico sobrecarga la red. El fenómeno no es nuevo, pero ahora ocurre con mayor frecuencia.
Según datos del Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (PRODESEN), la demanda máxima de energía en México creció 4.6 por ciento en 2023, impulsada por el sector residencial. A nivel local, en estados como Chiapas, los picos de consumo ocurren entre las 18:30 y la 01:00 horas, coincidiendo con el encendido masivo de equipos para combatir el calor nocturno. Este patrón ha puesto en evidencia la fragilidad del sistema ante el incremento estacional en la demanda.
Más allá de una falla técnica, los apagones recientes revelaron una tensión estructural, la infraestructura eléctrica no ha crecido al ritmo del consumo doméstico. La cobertura de electricidad alcanza al 99 por ciento de los hogares mexicanos, pero no todos cuentan con un servicio constante. En Chiapas, más de 200 mil viviendas presentan deficiencias en el suministro, según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2022, lo que agrava el impacto de cualquier interrupción.
Mientras la CFE llama al “consumo responsable”, la realidad obliga a preguntarse si los usuarios cargan con un problema que excede su responsabilidad. Las recomendaciones de no usar microondas o planchas en ciertos horarios, o mantener el aire a 23 grados, pueden parecer razonables, pero en muchos hogares es una necesidad más que una opción.
El sistema eléctrico nacional no solo enfrenta olas de calor, sino olas de consumo que requieren respuestas estructurales. Aumentar la eficiencia energética, invertir en redes inteligentes y modernizar la infraestructura debe ser prioritario, no opcional. De acuerdo con la Secretaría de Energía (Sener), en 2024 se espera una demanda eléctrica de 54 mil 417 megawatts, cifra que podría superarse en periodos extremos como el verano.