Pidieron intervención de los tres órdenes de Gobierno y la revisión del periodo de Francisco Beltrán al frente del comité
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
Los productores de caña de azúcar del Ingenio de Huixtla se organizaron este martes en una asamblea masiva para enfrentar un escenario cada vez más adverso. Las instalaciones de la casa comunitaria del cantón Las Delicias fueron sede de una convocatoria marcada por el descontento. Más que una reunión técnica, el encuentro simbolizó una toma de posición colectiva frente a irregularidades administrativas y condiciones económicas que, aseguraron, son desfavorables.
Detrás de la convocatoria de la Comisión en Defensa de la Dignidad del Productor de Caña de la CNC, hay más que diferencias contables, los cañicultores denunciaron distorsiones en la medición de Kilogramos de Azúcar Recuperables (Karbe), plagas desatendidas, sobrecostos en la masa común, falta de respaldo del seguro social y la urgencia de sustituir al químico responsable del área. Exigen auditorías técnicas y el involucramiento de asesores nacionales para fiscalizar lo ocurrido durante la gestión de Francisco Beltrán, que, afirmaron, dejó rezagos sin explicación.
Según datos del Comité Nacional para el Desarrollo Sustentable de la Caña de Azúcar, Chiapas aportó en 2023 solo el 2.8 por ciento del total nacional de azúcar, pese a contar con más de 10 mil hectáreas cultivadas. El rendimiento promedio fue de 64.1 toneladas por hectárea, por debajo del promedio nacional de 75.3. A esto se suma que el precio de referencia por tonelada cayó un ocho por ciento respecto al ciclo anterior, mientras los costos operativos aumentaron más del 12 por ciento según el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP).
Los cañeros han pedido el respaldo de los tres órdenes de Gobierno, ante lo que califican como una “crisis estructural del campo azucarero”. En Huixtla, más del 70 por ciento de los productores dependen de esta actividad para sostener su economía familiar. La falta de rentabilidad, sumada a prácticas poco transparentes dentro de la organización, empujan a muchos pequeños productores al endeudamiento o incluso al abandono del cultivo.
La exigencia de los asistentes fue clara, diálogo real, fiscalización y soluciones sostenibles. Participaron grupos de cosecha de más de 10 comunidades, desde Rancho Nuevo hasta La Encrucijada. La asamblea se desarrolló en calma, pero con una tensión palpable. El mensaje que dejaron fue, si no hay cambios de fondo, la caña dejará de ser un cultivo noble y se convertirá en una carga insostenible para quienes la trabajan desde hace generaciones.