Solo el 5.6 por ciento de quienes se autoadscriben como originarios hablan una lengua ancestral
IVÁN LÓPEZ/PORTAVOZ
FOTO: ALEJANDRO LÓPEZ
Chiapas reafirmó su identidad como bastión de los pueblos originarios, ubicándose como la tercera entidad con mayor porcentaje de población indígena en México, con un 22.4 por ciento, solo detrás de Oaxaca y Yucatán. Este dato, revelado por la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2023 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), confirmó la profunda raíz cultural y social que los pueblos originarios mantienen en la región Sur-Sureste del país.
El panorama demográfico mostró que, aunque la población indígena es numerosa, enfrenta desafíos significativos en materia educativa. El promedio escolar entre indígenas de 15 años y más es apenas de 6.5 grados, datos que contrastan con los 10.6 grados de la población no indígena. Esta brecha educativa reflejó las persistentes desigualdades que dificultan el acceso a oportunidades y el desarrollo integral de estas comunidades.
Un aspecto destacado es la longevidad de la población indígena, que supera a la no indígena, con un 21.1 por ciento de mujeres indígenas mayores de 60 años, frente al 15.8 por ciento en mujeres no indígenas. Esto indica no solo una estructura poblacional diferente, sino también retos en cuanto a servicios de salud y seguridad social adaptados a sus necesidades específicas.
La lengua indígena, aunque presente en 7.4 millones de personas, es hablada de manera activa por solo el 5.6 por ciento de la población de tres años y más que se autoadscribe como indígena. Este dato destacó un proceso de transformación cultural y la urgente necesidad de políticas públicas que fomenten la preservación y revitalización de estas lenguas ancestrales, clave para mantener viva la identidad indígena.
Asimismo, la distribución geográfica concentrada en el Sur-Sureste y la baja presencia en el Centro-Norte del país reflejaron las disparidades históricas en desarrollo y reconocimiento social. A pesar de los avances, los pueblos originarios de la entidad y otras regiones enfrentan el reto de consolidar su participación plena en la vida política, económica y cultural del país, lo que garantizaría el respeto a sus derechos y tradiciones en un México plural y diverso.