Dr. Gilberto de los Santos Cruz
La educación en la fe es un tema que para muchos ya está pasado de moda o es de poca
importancia, sin darse cuenta de que de esto depende la salud espiritual de nuestros hijos y la
tranquilidad que puedan tener a lo largo de su vida, ya que les puede permitir tomar las cosas que
se les van presentando con sabiduría y tranquilidad, confiando en la providencia y misericordia
divina; o las pueden tomar con angustia y estés, como lo hace la mayoría.
Por eso aquí les dejo mis 5Tips para educar a nuestros hijos en la Fe.
Primero es mejor desde pequeños…
La mejor educación es la que se recibe desde que los niños tienen conciencia ya que la van
viviendo cotidianamente y esto hace que los conocimientos se queden impregnados en el alma de
nuestros hijos. Lo mismo pasa con las cosas de la Fe.
Es importante que desde pequeñitos los acostumbremos a ir a la Iglesia, no importa que hagan un
poco de ruido y debemos enseñarles cómo se deben comportar en misa para que poco a poco
logren estar tranquilos.
Es bueno también buscar alguna Iglesia en donde haya misa para niños ya que en este tipo de
misas las personas que asisten ya saben que encontrarán ruidos, llantos y juegos de los niños y
puede ser más fácil para nosotros.
También es muy bueno que desde pequeños enseñemos a nuestros hijos a personarse y algunas
de las oraciones básicas como el Padre Nuestro o el Ave María. Para esto existen ahora
publicaciones con dibujos grandes y representativos para que nuestros hijos asocien esas
imágenes con lo que les vamos diciendo.
Cuando mis hijos eran pequeños hasta les imprimíamos las imágenes y se las dábamos para que la
iluminaran mientras rezamos el Rosario.
SEGUNDO. Educarlos con el ejemplo.
Esto es muy importante ya que la Fe que no es coherente en lugar de educar, fauna a nuestros
hijos.
Es importante que aprendan de nuestras acciones más que de nuestras palabras.
Y nuestros hijos nos observan todo el tiempo; observan como reaccionamos ante los problemas,
observan que hacemos ante las dificultades y se dan cuenta cuando ponemos a Dios al frente de
nuestra vida y le sedemos nuestro tiempo.
Es importante que seamos congruentes para que nuestros hijos vivan la Fe.
TERCERO. También en la adolescencia.
Este punto es algo controvertido ya que hay muchas personas que dicen que cuando los hijos
llegan a cierta edad entre los 14 y 18 años, es necesario dejarlos libres para que ellos escojan en
que quieren creer; sin darse cuenta que es precisamente a esta edad cuando nuestros hijos
adolecen de una conciencia clara.
Es aquí cuando debemos redoblar las enseñanzas en cuestión de Fe y sobre todo las vivencias de
una Fe encaminada a hacer la Voluntad de Dios.
Así podrán decidir después, con una conciencia bien formada, que estilo de vida quieren tener.
Si la influencia de los amigos es tan fuerte, busca que tengan amistades afines a su forma de vivir y
de pensar.
Es importante que busquemos que nuestros hijos se desarrollen en un ambiente adecuado y
propicio para la vivencia de valores y de la Fe como tal.
Con mis hijos tenemos varios círculos de amistades y ellos ya saben distinguir cual es cual. Esto es
muy válido y nos ayuda a que nuestros hijos valoren también los beneficios de estas amistades.
CUARTO. Enséñalos a que den testimonio de su Fe.
Es importante que nuestros hijos sean valientes y no les de pena demostrar que son católicos.
Y para esto es importante que vean que a nosotros tampoco nos da pena tener esas
manifestaciones públicas de la vivencia de la Fe.
Es hermoso ver que los niños y jóvenes asisten a misa, rezan el rosario, asisten a grupos católicos
de formación y convivencia.
Pero también es hermoso ver que nuestros hijos pueden defender lo que piensan frente a algún
profesor o algún compañero de la escuela que les diga que lo malo es bueno. Si lo logran hacer,
entonces serán valientes y darán testimonio de sus valores y de su Fe.
Un punto importante que debo decir, es que no es necesario llegar a los golpes para defender la
Fe, es mejor se inteligentes y dar testimonio con nuestra propia vida.
QUINTO y Si no te hacen caso reza por ellos.
En toda familia, nunca falta un hijo que pase por una etapa rebelde o de falta de Fe y nosotros
como papás debemos estar al pendiente de ellos.
Es importante que les expliquemos las dudas que tengan o que les aconsejemos cuando veamos
que tiene problemas, pero llega un momento en que las cosas se salen de nuestras manos y
parece que el problema no tiene solución.
Es ahí donde debe entra la oración. La oración de una madre por sus hijos es poderosísima y
puede arrancarle milagros a Dios.
También es bueno que tomemos en cuenta la intercesión de nuestra Madre del Cielo que siempre
está lista para ayudarnos y que bien sabe lo que sufre nuestro corazón de madre por un hijo que
tiene problemas.
Cuando las cosas se salen de nuestras manos, es sólo Dios quien puede regresarlas a su cauce
natural y hacer que nuestros hijos vuelvan a la Fe.
No olvidemos que a Jesús le encanta que le pidamos, pero siempre sabe que es lo mejor para cada
uno.
No perdamos jamás la esperanza en Dios y pongamos manos a la obra, educando a nuestros hijos
para ser peregrinos de este mundo, pero sobre todo para que algún día lleguen a ser ciudadanos
del Cielo.