Héctor Estrada
Imparable violencia criminal en Chiapas
En un conteo de cifras rojas interminable, Chiapas vive hoy una de sus peores rachas de violencia
criminal, que en tan solo cinco días sumó al menos 13 casos de secuestros, ejecuciones y aparición
de cuerpos ultimados; destacando lo ocurrido al propio secretario de Seguridad Pública del
municipio de Berriozábal, Germán Alegría Estrada.
Y es que, si bien lo acontecido en el centro del estado (con el secuestro y asesinato de Germán
Alegría y sus dos empleados policiales) es motivo de escándalo, no se puede perder de vista lo
ocurrido en Soconusco. De los trece casos documentados con víctimas identificadas, ocho
ocurrieron en Tapachula, registrando tres diferentes episodios en menos de 24 horas.
El pasado jueves fueron tres hombres y una mujer quienes perdieron la vida en un ataque armado
dentro de la colonia Benito Juárez, mientras otra persona más fue ejecutada al salir de un
supermercado. La cifra se completó este domingo y lunes con el asesinato de un hombre frente a
su familia y la localización consecutiva de dos cuerpos en la misma zona de la ciudad.
Las cartulinas y videos con narcomensajes tampoco faltaron esta vez. El asunto parece haberse
convertido ya en parte de una cotidianidad incómoda, pero real. Y no es pare menos. Tan solo en
enero pasado se contabilizaron 24 ejecuciones, según un conteo realizado por el diario La Jornada.
los municipios de Suchiate y Tapachula, ubicados en la frontera con Guatemala fueron los de
mayor incidencia ese mes.
De acuerdo con el Semáforo Delictivo Chiapas, 2023 cerró con el número más alto de homicidios
de los últimos cuatro años, con 494 casos. Julio, agosto y octubre fueron los meses en los cuales se
perpetraron más crímenes, con 48, 50 y 60, respectivamente. Sin embargo, organizaciones civiles
aseguran que las cifras oficiales presentadas por las autoridades judiciales están realmente muy
por debajo de los datos reales.
Se trata de un fenómeno que ha generado desplazamientos poblacionales importantes en la
entidad. Como muestra de ello, el informe “Asedio a la vida cotidiana, terror para el control del
territorio y graves violaciones a los derechos humanos”, elaborado por organizaciones como el
Centro Frayba, la Red TDT, Colectivo de Monitoreo-Frontera Sur, entre otras, dio a conocer que de
2021 a la fecha al menos 10 mil personas en Chiapas han sido desplazadas por la guerra del
narcotráfico.
Tan solo durante enero, alrededor de tres mil personas tuvieron que huir de sus hogares en los
municipios de Chicomuselo, Socoltenango y La Concordia ante el avance los grupos criminales que
amenazaban con extorsiones y reclutamientos forzados. Además de otros tantos episodios en
municipios como Reforma, San Cristóbal de Las Casas, Jiquipilas, Cintalapa, Parral, Villaflores y
Comalapa, entre otros más.
Y es que, no se trata de un secreto a voces, sino de una realidad bastante expuesta en el acontecer
estatal, con episodios que no permiten superar la capacidad de asombro. Por eso lo ocurrido este
fin de semana cobra relevancia, porque ha vuelto a exponer las entrañas de una disputa criminal
que hace solo algunos años parecía lejana para las y los chiapanecos, pero ahora se ha vuelto
prácticamente parte del día a día para miles de familias… así las cosas.