Manuel Velázquez
Por su naturaleza los formatos para la realización de proyectos culturales o artísticos
suelen ser muy diferentes y pueden variar por muchas razones, priorizando información y
desechando otra de acuerdo con el perfil de la convocatoria o la institución convocante,
por eso no existe una receta o pauta universal para todos. Cada creador establece su
método de trabajo a partir de su formación profesional, habilidades, destrezas, lógica e
intuición. Aun así, la manera de aterrizar las ideas es contestar a las interrogantes claves
de todo proyecto: ¿Qué? ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Con qué?
¿Con quiénes? La respuesta adecuada a estas preguntas no solo ayuda a clarificar las
ideas, sino que permite una adecuada planeación del proyecto de acuerdo con la
convocatoria. Es por eso que, si vas a participar en alguna convocatoria PECDA, aquí te
damos una guía
Título del proyecto: En cualquier proyecto el título es muy importante, el título es destino,
es fundamental. Enuncia en pocas palabras, lo relevante de la propuesta, debe realizarse
con creatividad, capacidad de síntesis y orientación. De ahí que sea muy importante
detenerse a reflexionar sobre este asunto y hacer un ejercicio de creatividad e
imaginación, a fin de elegir el nombre más adecuado para denominar al proyecto. En un
proyecto artístico el título debe ser congruente con su contenido, original, sugerente y
breve.
Resumen del proyecto: En cinco líneas especifica los aspectos más relevantes de tu
propuesta. Empieza respondiendo ¿Qué vas a hacer? ¿Una antología de poetas
contemporáneos? ¿Escribir una novela? ¿Producir una obra de teatro? ¿Realizar un
performance? Después aclara para qué ¿Para propiciar la participación de la comunidad?
¿Para contribuir a formar el hábito de la lectura en los jóvenes? Inmediatamente después
¿Cuál es la relevancia de tu propuesta? No exageres y enfócate en lo que realmente
aporta tu proyecto. Puedes concluir con una breve reflexión sobre tu práctica artística.
Justificación: expón la importancia y beneficios del proyecto para ti y el estado. Explica por
qué debe realizarse. La justificación se sustenta en el impacto social que produce, los
beneficios colectivos, también pueden invocarse razones estrictamente culturales; son
igualmente válidas las razones personales para realizar el proyecto. Pero en todos los
casos conviene exponer las razones que justifiquen de manera convincente por qué el
proyecto debe realizarse. La justificación responde a la pregunta ¿Por qué es relevante mi
proyecto?
Objetivos: responde a la pregunta qué voy a hacer y para qué lo voy a hacer. Expresa lo
que se pretende alcanzar, marca el rumbo, debe cumplir con las condiciones de ser
factible, medible y congruente. Se expresa con un mínimo de palabras e inicia con un
verbo en infinitivo.
Descripción de las actividades detallando el proceso de trabajo para alcanzar los
resultados esperados: plantea con claridad, en orden cronológico, cómo se llevará a cabo
el proyecto, demuestra que el proyecto es viable con los tiempos y recursos que se tienen
disponibles. Muestra las acciones, actividades y metas en los tiempos que deben
realizarse.
Producto cultural resultante: descripción cuantitativa de la obra resultante del proyecto.
Especifica con número las metas que pretendes alcanzar. Es el resultado que se espera al
final de todas las actividades marcadas; es decir, se trata de productos concretos.
Calendario mensual de actividades: es el Plan de trabajo de seis meses que detalle las
actividades a realizar por mes, así como los resultados parciales esperados, hasta su
conclusión.
Estrategia de difusión: describe las acciones a realizar para dar a conocer y en su caso
convocar público para la presentación de productos o resultados del proyecto. Debe ser
congruente con el proyecto, expresa en orden de importancia los medios con los cuales
vas a difundir tu propuesta y cómo los vas a utilizar.