Estudiantes del Tecnológico de Tuxtla Gutiérrez crean un aditivo que mejora la absorción de hierro
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
En un avance que podría transformar la lucha contra la anemia, estudiantes de posgrado, con la guía de investigadores del Instituto Tecnológico de Tuxtla Gutiérrez, desarrollaron un aditivo a base de nanopartículas de óxido de hierro. Este compuesto, elaborado con extracto de chipilín y funcionalizado con carbohidratos, busca mejorar la asimilación del hierro en el organismo, un desafío constante en la nutrición.
El proyecto se enfoca en resolver una de las principales limitaciones de los alimentos fortificados actuales: la baja biodisponibilidad del hierro. Según los investigadores, mientras que las sales de hierro tradicionales solo permiten una absorción de entre el siete y el 10 por ciento, el nuevo nanoaditivo asegurará un aprovechamiento de hasta el 60 por ciento a través de simulaciones gástricas. Este avance representará un cambio de paradigma para las zonas vulnerables, donde la anemia afecta la salud pública.
La innovación no solo se queda en la mejora de la nutrición básica. Como explicó la asesora del proyecto, María Celina Luján Hidalgo, el aditivo también tiene aplicaciones potenciales en el tratamiento del cáncer de colon, una enfermedad asociada con la anemia. Este enfoque no solo combate deficiencias nutricionales, sino que también podría aliviar condiciones relacionadas en pacientes con enfermedades crónicas.
Actualmente, el equipo de estudiantes y sus asesores trabajan en pruebas avanzadas para validar su efectividad en modelos biológicos. Una de las propuestas más accesibles es incorporar el aditivo en harinas de maíz, fundamentales en la dieta de comunidades marginadas. Este enfoque garantizaría que el producto sea asequible y funcional para las poblaciones más afectadas por la anemia.
El proyecto destaca no solo por su impacto potencial en la salud pública, sino también por su apuesta por soluciones locales con recursos regionales. La utilización del chipilín, planta tradicional del sureste mexicano, subraya la importancia de combinar conocimiento científico con elementos de la biodiversidad nacional para resolver problemáticas de salud global.