Manuel Velázquez
Conversamos con Omar Gasca a propósito de su publicación reciente, Sobre los sistemas de creencias: pautas para la reflexión crítica, un texto que, según el autor, es un cuaderno, más que un libro, en el que ofrece una serie de pistas que pretenden contribuir a la revisión de lo que creemos y pensamos.
–¿Por qué… sistemas de creencias?
–Explico en la introducción de este escueto texto que está inspirado en el ánimo de entender las creencias que se presentan en toda clase de afirmaciones, negaciones, orientaciones, decisiones y comportamientos, que afectan a distintos sujetos, con independencia de su formación, prácticamente sin que escapemos ninguno, y que dan forma a una visión de mundo, porque no actúan aisladas.
–¿Y cuáles son, digamos, los factores o las causas?
–Se configuran fundamentalmente en el entorno, desde el familiar hasta el social, y se asientan en aprendizajes, rumores, inducciones, información distorsionada o malentendida, desinformación, atribuciones de “verdadero” a lo que proviene de quien se reconoce como autoridad, irreflexión, omisiones lógicas, desconfianza en toda pretensión de verdad, menosprecio de esta y muchos otros factores. La fuente de ellas es enorme. La apropiación cultural es todo un tema.
–¿Se podría hablar de falta de sensatez, de cordura?
–Sí: ausencia o carencia de sensatez, de pertinencia, de prudencia; de lo que se suele o solía llamar buen juicio. E ignorancia, claro.
–¿Sentido común, también?
–También. Yagosesky dice que el sentido común es “La capacidad natural de grupos y comunidades, para operar desde un código simbólico compartido, que les permite percibir la realidad, o asignarle un sentido a personas, objetos o situaciones…”. Por su parte, Henri Bergson afirma que “La ciencia es un magnífico mobiliario para el piso superior de un hombre, siempre y cuando su sentido común esté en la planta baja”. Coincido con ellos y con otros como Goethe o Ramón Gómez de la Serna u Oliver Wendell Holmes o Alberto Moravia, para quienes el sentido común es imprescindible, digamos, a fin de tomar nota de la realidad, de juzgar hechos y cosas de forma razonable.
–¿Qué entiendes tú por sistema de creencias?
–Las creencias, como sistema, son una estructura más o menos armónica de nociones, ideas, sentimientos, valores y convicciones que se tienen sobre sí, sobre el mundo, la realidad y sus distintos ámbitos, y que suelen poner de lado la evidencia. Una forma de decirlo es que se impone la emoción a la razón. Podríamos llamarlas formas radicales de subjetividad.
–¿Cómo actúa? ¿Cómo se expresa ese sistema?
–Funciona como un andamio, como un marco de referencia que constituye a la vez un cuerpo de significaciones y el pretexto o la fuente desde donde se atribuyen significados. Es un tejido, una red de juicios anticipados, que orienta y predetermina la forma de interpretación de las cosas.Involucra muchos conceptos. Pensemos en una suerte de fórmulas que se reciclan.
–¿Cuáles conceptos?
–La necesidad de pertenecer, la idiosincrasia, las falacias, los sesgos cognitivos, el pensamiento mágico. El negacionismo, las teorías de conspiración, los falsos recuerdos… “Esto es cierto. Yo creo lo mismo”: sesgo de confirmación.
–Decías que prácticamente nadie se escapa…
–Es una generalización, por supuesto, pero es difícil sustraerse del todo a los sistemas de creencias. En muchos casos sirven de asidero y como un recurso protector, y en ese sentido son funcionales. No son pocos los casos en que sehace uso deliberado o involuntario de falacias, una de ellas,ad populum, que consiste en afirmar que algo es de tal o cual forma solo porque mucha gente lo percibe o piensa así; o ad verecundiam, la falacia de autoridad que se presenta cuando, por ejemplo, alguien dice: “es cierto porque lo dijo un investigador de Yale”; o ad hominem, que ataca a la persona y no a la idea: “¿cómo opinas de los adolescentes, si tú no tienes hijos?”. El asunto es: ¿cuándo la conclusión deriva de las premisas? O, ¿dónde quedan la prueba, la hipótesisrazonable o el axioma, que no requiere demostración porque se considera una proposición evidente?
–¿Dónde se consigue la publicación y por qué supones que debe leerse?
–Se vende solo en versión digital, en Amazon y, bueno, la idea es que sirva
para preguntarnos acerca de lo que creemos, pensamos, escuchamos o leemos y, quizá, para enriquecer nuestra capacidad de argumentar. También se puede solicitar en formato PDF a galeriaalergia@gmail.com.