La votación será clave para medir el verdadero apoyo local, más allá de la aprobación simbólica en eventos anteriores
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
FOTO: ALEJANDRO LÓPEZ
El municipio de Chilón habilitará ocho centros de votación para la consulta ciudadana sobre la construcción de la autopista Palenque-San Cristóbal, un proyecto impulsado por el Gobierno estatal. La participación de más de tres milpersonas de la etnia tseltal será clave en este ejercicio, que busca medir el respaldo social a una obra que transformaría la conectividad de la región.
El trazo de la autopista pasará cerca de los límites de Agua Azul y concluirá en la Región de Guaquitepec, iniciará en Tenango, Ocosingo. La propuesta ha sido presentada como un detonante económico para las comunidades, pero también ha despertado dudas sobre sus implicaciones ambientales y territoriales. Para Chilón, donde la economía local depende en gran parte de actividades agrícolas y turísticas, la infraestructura vial podría cambiar la dinámica comercial y la movilidad en la zona.
La consulta pública se realizará después de que, en días anteriores, el gobernador del estado, Eduardo Ramírez, visitará Chilón y recibiera el respaldo de más de cuatro milpersonas a mano alzada. Sin embargo, este primer apoyo simbólico no sustituye el proceso de votación formal, que se considera una herramienta más representativa para conocer la postura real de los habitantes. La organización de la consulta también es vista como una oportunidad para dar voz a quienes no participaron en el evento anterior.
El Gobierno estatal ha defendido la obra al asegurar que traerá beneficios económicos y mayor desarrollo a las comunidades. No obstante, algunas voces críticas han señalado la necesidad de garantizar que los pueblos indígenas sean en verdad tomados en cuenta y que la autopista no se traduzca en desplazamientos forzados ni afectaciones al entorno natural. El reto será equilibrar el crecimiento con la preservación del territorio y los derechos comunitarios.
La consulta en Chilón marcará un precedente en la forma en que se toman decisiones sobre proyectos de infraestructura en comunidades indígenas. Más allá del resultado, servirá para medir la percepción local y definir el rumbo de una obra que promete transformar la dinámica económica y social de la región, pero que aún genera interrogantes sobre su impacto real.