Productores adoptan soluciones innovadoras para mejorar la productividad y enfrentar el cambio climático
IVÁN LÓPEZ/PORTAVOZ
FOTO: ALEJANDRO LÓPEZ
La reciente visita de la embajadora de Noruega en México, Ragnhild Imerslund, al Hub Chiapas del Centro Internacional para el Mejoramiento da el Maíz y el Trigo (CIMMYT), destacó la importancia de integrar ciencia y tecnología en la agricultura de la región. Esta colaboración entre productores, investigadores y autoridades buscó fomentar un modelo agrícola sostenible que beneficie tanto al medio ambiente como a las economías locales. Los avances en este sentido evidencian el impacto positivo de aplicar conocimientos científicos en la producción de alimentos.
Durante su recorrido, Imerslund conoció de cerca las iniciativas que revolucionan la agricultura chiapaneca, como la implementación de la Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF). Este modelo busca mejorar la productividad de los cultivos al mismo tiempo que conserva la biodiversidad y la salud del suelo. La adopción de estas tecnologías ha sido fundamental para diversificar las fuentes de ingresos de los agricultores, lo que genera un sistema más resiliente ante el cambio climático.
En las distintas regiones de Chiapas, los productores han adoptado prácticas que combinan la innovación con las tradiciones agrícolas locales. En la Meseta Comiteca, por ejemplo, se usan leguminosas forrajeras para mejorar la calidad del suelo y aumentar la disponibilidad de nitrógeno, lo que beneficia tanto a los cultivos como al ganado. Este enfoque permite una mejor gestión de los recursos naturales, contribuyendo a una mayor seguridad alimentaria para las comunidades.
El CIMMYT, al poner la ciencia al servicio de los productores, ha conseguido transformar el enfoque de la agricultura en Chiapas. Con un modelo de cooperación que incluye a productores, empresas e instituciones de investigación, los esfuerzos se enfocan en mejorar la productividad y la resiliencia de los sistemas agrícolas. Además, se busca asegurar que los agricultores tengan acceso a herramientas que les permitan enfrentar los retos de un entorno cambiante.
Las experiencias exitosas en lugares como Villa Corzo y Amatenango del Valle muestran cómo la tecnología puede mejorar la rentabilidad y reducir costos en la agricultura. Con el acompañamiento de expertos y el uso de tecnologías sostenibles, los productores chiapanecos demuestran que la ciencia y la innovación pueden ser aliados clave para enfrentar los desafíos del campo y promover un desarrollo agrícola más justo y sostenible.