El impacto sería mayor en comunidades rurales, donde el dinero enviado por migrantes es el único sustento
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
FOTO: ALEJANDRO LÓPEZ
Una propuesta fiscal en Estados Unidos podría sacudir los cimientos económicos de miles de hogares en Chiapas. La idea de gravar las remesas enviadas por migrantes amenaza con reducir los ingresos que mantienen en pie a comunidades enteras. Con más del 43 por ciento de los hogares chiapanecos dependiendo de ese dinero, el posible recorte equivale a quitarle oxígeno a una economía ya frágil.
Especialistas advirtieron que esta medida no solo sería injusta, sino ilegal. “Sería una doble tributación”, afirma el contador certificado, Fidel Moreno, al explicar que estos recursos ya fueron fiscalizados en su país de origen. La afectación recaería de manera directa en familias campesinas que, sin ese apoyo, no podrían solventar necesidades básicas como comida, salud o educación.
El impacto no se limita a los bolsillos, también podría desatar una inestabilidad social creciente. La desesperación por la falta de ingresos puede abrir paso a la informalidad, la migración forzada e incluso a delitos. En zonas rurales donde el trabajo escasea y el Gobierno no llega, las remesas son mucho más que dinero, son la red de seguridad de toda una comunidad.
En 2024, Chiapas recibió más de cuatro mil millones de dólares en remesas. Un impuesto del cinco por ciento representaría una pérdida de 208 millones, con envíos que podrían reducirse hasta en 60 dólares por transferencia. Este recorte no sería absorbido por el sistema, caería de forma incisiva sobre quienes menos pueden resistirlo.
Frente al riesgo, la respuesta de las autoridades mexicanas ha sido tibia. Moreno señaló que, sin una acción diplomática clara, la crisis podría instalarse con rápidez en la región. Proteger el ingreso de los migrantes no es solo una cuestión económica, es una forma urgente de blindar la estabilidad social en uno de los estados más vulnerables del país.