Roberto Chanona
Actualmente México ocupa uno de los primeros lugares en obesidad infantil. Eso quiere decir, según datos de la UNICEF, que en los niños de entre un año y cinco el porcentaje es de uno por cada 20; entre cinco y 11, uno de cada tres; y de 12 a 19, el 38.4 por ciento padece obesidad y sobrepeso. Así pues, todo parece indicar que estamos en los primeros lugares en diabetes mellitus a nivel mundial, abajo de China, India, Estados Unidos, Pakistán y Brasil.
Entonces, ¿a qué se debe el aumento de esta enfermedad en los infantes? Y encuentro la respuesta en una mala alimentación basada en exceso de carbohidratos y azúcares refinados en los refrescos de cola, una gama de jugos yaguas endulzadas, sedentarismo y alteraciones de la conducta, al grado de que ya es la segunda causa de muerte en nuestro país.
Recuerdo que en mi infancia en la casa se comía con refresco de fruta de temporada, limonada, tamarindo, jamaica, guanábana, mango, sandía, etcétera. Y la sopa deverduras era obligatoria bajo la supervisión de mi nana Faustina. Los postres eran plátanos con dulce, camote, chilacayote, suspiros. En cambio, hoy nuestra juventud beberefrescos embotellados, come papas fritas, tachos, sopa Maruchan, comida chatarra, y de postre pingüinos, rockos ygalletas de muchas marcas sin valor nutricional.
Observo que en la mañana los trabajadores van a la tienda a comprar su coca retornable de 2.5 litros para su desayuno, y al rato vuelven a ir, y me platica mi jardinero, quien a la vez es un soldador, que en la empresa donde trabaja se revientan un promedio de cinco cocas de dos litros y mediodiariamente. Lo triste es que aquella costumbre de tomar pozol, mucho más saludable, nutritivo y llenador, se está perdiendo gracias a las aguas negras del imperialismo. Pero qué sabrosa es una coca bien fría de 600 miligramos, sí,señor, equivalente a 12 cucharadas de azúcar para nuestro cuerpo. Lo mismo sucede con la cerveza, es riquísima, pero ocupa el primer lugar en la tabla del índice glucémico.
Cuando platico con los jóvenes les recomiendo que beban una o dos chelitas para abrir estómago y después tequila, mezcal, vodka o whisky, que son benévolos y al final tienenel mismo efecto. Pero reventarse 10 caguamas es otroasunto, un bombazo de azúcar para el organismo. Recuerdo que un tío tomaba ron con coca y a los 45 años lediagnosticaron diabetes. Luego empezó a tomar vodka con agua y limón. Mi sagrado tío se reventaba mínimo un pomitodiario y lo asesinaron a los 78 años, pero no lo jodió el azúcar.
Cuando empecé a notar un alza en mi glucosa, lo que llaman prediabetes o resistencia a la insulina, tuve la fortuna de que llegó a mi oficina el doctor Eddie Alfaro Coutiño con un texto que deseaba publicar bajo el título de Cuidá tu azúcar y viví feliz. El doctor tuvo la gran idea de escribir este libro utilizando la mayéutica, pero con un lenguaje popular. Estatécnica la utilizó Platón por medio de Sócrates, en la cual el filósofo le pregunta a la persona para que poco a poco llegueal conocimiento de las cosas. El método, en resumidas cuentas, es un diálogo entre dos.
Cuidá tu azúcar y viví feliz es el diálogo entre un chiapanecoy el doctor acerca de la diabetes. El paciente le preguntacosas relacionadas con la alimentación, las bebidas, los mitos populares, los remedios caseros, y así lo interna en el conocimiento de la enfermedad. Cuando terminé de leer el libro y luego publicamos la primera edición, descubrí que me había facilitado una serie de recomendacionesimportantes para contrarrestar este mal que nos fastidia.
Gracias al doctor Eddie no tomo ninguna pastilla, pero tengo un cuidado riguroso en mi alimentación y mis bebidas. La coca la dejo para los fines de semana o fiestas, me tomo una y la disfruto sin remordimiento. La sopa de verduras volvió a mi mesa por gusto y con la presencia de mi nana en espíritu. La papa quedó desterrada de mi alimentación diaria, al igual que las pastas, el pan y el arroz. Mis tortillitas no pueden faltar con cierta mesura y mi azúcar anda 105-110 por la mañana y al medio día baja hasta 95 gracias al ejercicio de una hora cuatro veces por semana.
También es importante conocer el índice glucémico de los alimentos. Lo pueden descargar en Internet. Consiste en saber el porcentaje de aquellos que cuando los introducimos a nuestro cuerpo los convierte en azúcar. Así, por ejemplo, la cerveza ocupa el primer lugar con 110 por ciento, las papas fritas con un 95, arroz 95, pan blanco 85. De mediano porcentaje son los frijoles, las alubias, la tortilla de maíz. Yde bajo algunas frutas y toda la verdura.
Para terminar, quiero recomendar este libro escrito de una manera sencilla, original y con información muy valiosa respecto a esta enfermedad que llegó para quedarse. Sin palabras rebuscadas, les diría que la enfermedad hay que detectarla a tiempo, y siempre empieza por la boca. Tenemos la cura con voluntad y con buenos hábitos alimenticios. Ypara aquellos jóvenes y no tan jóvenes, señoras, señores maduros y personas la tercera edad, que en verdad no quieren mejorar su salud, les diré como decía mi nana:¡Dejalo, hijito, que coman como cochi!