Manuel Velázquez
Mi formación artística comenzó en la Escuela de Artes Plásticas de Chiapas, donde estudié pintura y dibujo. Inicialmente, mi inclinación fue hacia la pintura. Sin embargo, durante mi tiempo en la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana, mi interés se desplazó hacia la gráfica.
Al final de mi carrera, regresé a la pintura, pero esta vez con un enfoque diferente. Raquel Tibol calificó mi trabajo como “esculto-pintura”, ya que eran ensamblajes en madera tallada, policromada, esgrafiada y pintada sobre bastidor.
Después de un tiempo, incursioné en la forma tridimensional con tótems de madera tallada que presentaban formas antropomorfas. Estos tótems estaban policromados y quemados, lo que generó cierta controversia en su momento, ya que algunos consideraban que pintar la madera era un “sacrilegio”, argumentando que era importante respetar el material en su estado natural.
Fue en la exposición “Lugar para ver”, realizada en 2012 en la sala de exposiciones temporales del Museo de Antropología de Xalapa, en Veracruz, donde logré consolidar dos piezas que podemos pensarformalmente como esculturas. Mi interés por el espacio, el recorrido y la interacción entre las piezas y el espectador fue lo que despertó mi disposición por la tridimensionalidad en mis obras.
Ese interés se refleja en la pieza Arquitecturas, quemanifiesta una investigación sobre la escultura y su correspondencia con la arquitectura. Bajo la idea que trazar límites, delimitar espacios, habitar lugares, es también construir experiencias corporales, emocionales y estéticas.
En Arquitecturas la exploración del material tiene como objetivo dotar a las piezas de sentido, donde la técnica y la poética están interconectadas. “La trampa al ojo” juega un papel importante porque los materiales no son lo que aparentan, una operación que disloca las relaciones establecidas entre forma y contenido. El interés por lo material, pero sin sublimarlo como materia pura, busca modificar la percepción de los elementos claves que construyen la obra.
Arquitecturas (conformada por 20 módulos), forma parte de la selección de la exposición “Derivas de la forma escultórica: irrupción y densidad” que explora la evolución de la escultura en México desde 1927 hasta la actualidad. La muestra se inauguró el 26 de junio en el Museo de Arte Moderno de la CDMX, presentando una conversación entre diferentes generaciones, materiales y lenguajes tridimensionales, abarcando más de 40 obras.
La exposición busca analizar las transformaciones de la escultura en México a través de diversas obras de artistas como Mathias Goeritz, Gabriel Orozco, Helen Escobedo, Naomi Siegmann, María Lagunes, Reynaldo Velázquez, Maribel Portela, entre otros. Se enfoca en las relaciones entre forma, materiales, creación de espacio y las preguntas contemporáneas sobre el alcance de lo escultórico.
La muestra se divide en dos partes: la primera, que abarca desde 1927 hasta la década de 1970, se centra en la transición de la escultura tradicional hacia la modernidad, con énfasis en la introducción de nuevos materiales y formas. La segunda parte, de la década de 1970 hasta la actualidad, explora la experimentación con nuevos lenguajes, la relación con el entorno urbano y la incorporación de conceptos como la instalación y el performance.
No dejen de visitar la exposición en el Museo de Arte Moderno, CDMX, que estará abierta en la Sala A hasta el 28 de septiembre de 2025.