Denunciaron que estos inmuebles operan sin seguridad, sin personal capacitado y fuera del marco legal
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
FOTO: ALEJANDRO LÓPEZ
Tapachula enfrenta una nueva modalidad de inseguridad, la proliferación de casas particulares que operan como hoteles sin regulación alguna. Empresarios del sector hotelero denunciaron que estos inmuebles, ofertados por plataformas digitales o alquilados de manera informal, no solo evaden normativas fiscales, sino que han servido como punto de partida para fraudes, robos e incluso delitos de mayor gravedad que ponen en riesgo a visitantes y residentes por igual.
Las viviendas irregulares carecen de personal capacitado, sistemas de vigilancia y protocolos de emergencia. En contraste, los hoteles establecidos deben cumplir con al menos 24 medidas de protección civil, según datos de la Secretaría de Turismo, incluidas rutas de evacuación, extintores y bitácoras de mantenimiento. La ausencia de estas condiciones ha dejado a turistas vulnerables durante crisis médicas o situaciones de riesgo, sin posibilidad de recibir atención inmediata.
Uno de los principales focos de preocupación es el uso que los delincuentes hacen de estas casas, aprovechan la estancia para estudiar la zona, obtener copias de llaves o vigilar rutinas vecinales. La Fiscalía General del Estado (FGE) ha documentado un aumento del 19 por ciento en robos a casa habitación en Tapachula durante el último año, muchos de ellos precedidos por movimientos sospechosos desde este tipo de inmuebles.
Además del daño social, los hoteleros subrayaron el impacto económico. Mientras los negocios formales pagan impuestos, capacitan personal y cumplen normas sanitarias, las viviendas clandestinas se han convertido en competencia desleal. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el 62 por ciento del sector servicios en la entidad opera de manera informal, una cifra que refleja el vacío regulatorio que hoy aprovechan cientos de arrendadores ilegales en la ciudad.
Ante este panorama, los empresarios pidieron a las autoridades endurecer la fiscalización en colonias identificadas como puntos críticos. También llamaron a los visitantes a no dejarse guiar solo por el precio. Un hospedaje sin registro puede ser más barato, pero también más peligroso. En palabras del sector, “lo que parece una ganga, podría costar caro en seguridad, salud o incluso libertad”.