Expertos alertan sobre los efectos secundarios y la falta de control en su consumo
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
FOTO: ALEJANDRO LÓPEZ
En Tuxtla, siete de cada 10 hombres recurren al uso de sildenafil, un fenómeno que, empieza a ser un asunto de salud pública. El incremento en el consumo de este fármaco, conocido como Viagra, ha dejado de ser exclusivo de adultos mayores y se extiende a jóvenes de 20 e incluso a adolescentes, según alertaron médicos locales. Lo que preocupa no es solo la facilidad para conseguirlo, sino el consumo crónico sin supervisión médica, que multiplica el riesgo de eventos cardiovasculares.
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2022 reveló que en México el 31 por ciento de los hombres mayores de 40 años reportó algún grado de disfunción eréctil, pero solo el 12 por ciento recibe atención médica especializada. En la entidad, donde la prevalencia de hipertensión alcanza el 24.8 por ciento y la obesidad masculina el 28.3 por ciento, los riesgos asociados al uso de vasodilatadores como el sildenafil se incrementan. En ese contexto, un medicamento que parece inocuo puede convertirse en un detonante de crisis hipertensivas, arritmias o infartos.
La Cruz Roja en Tuxtla ha documentado que en lo que va del año, tres hombres han fallecido por infartos fulminantes ocurridos durante encuentros sexuales en moteles, todos con antecedentes de consumo de sildenafil o tadalafilo. Este patrón no es exclusivo de la capital chiapaneca, la Secretaría de Salud federal señaló que, a nivel nacional, el 18 por ciento de los eventos cardíacos en hombres menores de 50 años se relacionan con el uso de fármacos para la disfunción eréctil sin prescripción.
El perfil del consumidor ha cambiado, si antes se pensaba que este era un recurso casi exclusivo de adultos mayores, hoy los urólogos alertan que hombres jóvenes lo usan para “potenciar” el rendimiento sexual, sin necesidad clínica. Esto abre un nuevo frente, el del consumo recreativo. La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) estimó que el 35 por ciento de los compradores de estos fármacos no presenta disfunción eréctil diagnosticada.
La recomendación médica es clara, cualquier alteración en el desempeño sexual debe evaluarse por un especialista, puestoque puede ser la primera señal de problemas metabólicos o cardiovasculares graves. En la comarca, donde el 40 por ciento de los hombres no se realiza chequeos médicos anuales, el sildenafil puede funcionar como una máscara que oculta enfermedades de fondo.