A la memoria de Fernán Pavía Farrera
Roberto Chanona
Así reza el título del libro del doctor Fernán Pavía Farrera editado por La Cáscara de los Pensamientosen 2006. Pero, más que presentarles el texto, el cualvale la pena leer para quienes tienen problemas con esa enfermedad, quiero platicarles mi experienciacon ese mal tan devastador.
Cuando mi hijo nació estaba sano y daba gracias al poder superior por haberme dado un niño tan hermoso. Un día mi esposa me dijo que debíamosponerle la vacuna de la tuberculosis cuando el infante tendría como tres años. Tiempo después empezó a padecer accesos de tos por las noches; a las tres de la mañana empezaba con una tos ligera que se iba prolongando hasta que terminaba en vómito. Cambiar sábanas, a él porque se había manchado, era el pan de cada noche. Empecé a notar cómo bajó de peso y por las noches le chiflaba el pecho y no se podía mojar tantito porque seguro se enfermaba. Fue entonces cuando empezó mi peregrinación por los doctores de Tuxtla; es más, busqué un doctor asmático porque pensaba que,siendo así, me podía ayudar mejor. Su diagnóstico fue: “Su hijo va a ser asmático y posiblemente cuando llegue a la adolescencia se cure, si usted tiene los cuidados necesarios para que no se enferme demasiado”. Y me dio una lista de recomendaciones larga de enumerar.
Pasó un año y aquella peregrinación a casa del doctor se convirtió en calvario; cada día veía a mi hijo más delgado y en la desesperación ya habíamos visitado a un chochero que nos dio unas gotitas parasuministrarle cada tres o cuatro horas, además de ira todos lados con una bendita medicina que se llama Ventolín, la cual ayuda a abrir los bronquios…¡¡¡horror!!!
El doctor Fernán Pavía Farrera ya me habíaplaticado de su teoría de que el asma es una prima hermana de la tuberculosis. Pregunté a mi esposa si le dábamos el tratamiento del doctor Pavía y ella se negó argumentando que no sabíamos las consecuencias que podía traer ese tratamiento, pero la situación era cada vez más desgarradora y un día hablé con mi hijo (tendría como 11 años) acerca de llevar el tratamiento sin el consentimiento de su madre y él estaba tan cansado que dijo sí. Fuimos a ver al doctor, llevamos las radiografías que me había pedido y recetó una pastilla diaria llamada Rifaterpor tres meses, descansar seis y repetir el tratamiento. Y, como en un milagro, a los dos días de tomar la pastilla escuché que no tosió en la noche, ni cuando lo desperté por la mañana para ir a la escuela. A los 15 días estaba comiendo muy bien, recuperando peso, y a los tres meses estaba perfectamente, llevando una vida normal. A los seis meses repetí el tratamiento y luego se fue a vivir un año a la parte más fría de Estados Unidos, donde están los grandes lagos, sin problema alguno.Actualmente es un hombre que vive en Berlín, sin ningún problema respiratorio.
Así empecé a llevar a otros niños con el mismo problema. Llevé a muchos infantes de familias conocidas de Tuxtla y todos se curaron. Entonces le insistí al doctor que escribiera un libro para dejar constancia de su teoría, pero se rehusaba, hasta que un día le dije que me preocupaba el hecho de que, si moría, toda la investigación se iba ir al caño y, obviamente, yo no era doctor para seguir con la indagación. Así se puso a escribir el libro El asma síes curable.
Mientras tanto aparecieron unos gemelos asmáticos de nacimiento y que venían a contradecir la teoría acerca de que los niños desarrollan el asma después de que les ponen la vacuna de la tuberculosis. Los organismos bien desarrollados destruyen al bacilo, pero otros más débiles lo encapsulan y cada vez que las defensas del niño bajan ataca los bronquios. Pero estos gemelos venían asmáticos de nacimiento y entonces la teoría, desde mi punto de vista, tenía una fisura.
El doctor Pavía empezó a estudiar a la familia de los gemelos y… ¡sorpresa! La abuela paterna había sido tuberculosa. Ahora comprendía esa pequeña tos del padre de los gemelos; lo conocía porque él trabajaba para una empresa donde yo prestaba servicios de impresión y me había llamado la atención esa tosecita. Así que el bacilo había viajado por mediodel padre, pero en él no se había desarrollado, sino en los hijos. Y para mí fue la prueba fehaciente de que el asma es una prima hermana de la tuberculosis. Por eso los niños de Los Altos de Chiapas son muy propensos al asma, porque sus organismos no están bien vitaminados cuando les ponen la vacuna de la tuberculosis y no pueden destruir al bacilo porque es muy resistente. En algunos países como Francia, Suecia, República Checa, Alemania han dejado de aplicar esa vacuna, o la aplican en algunos casos a la edad de 11 a 13 años, cuando los organismos están más desarrollados.
El doctor Pavía dice: “El Mycobacterium tuberculosisa través de su acción irritante y seguramente alergénica, alojado en las cadenas de ganglios peribronquiales de infantes, es capaz de desencadenar cuadros con manifestaciones asmáticas que van a perdurar durante todo el tiempo que persista el periodo de inactivación natural del bacilo por el organismo huésped. Este hecho se puede modificar disminuyendo la actividad y viabilidad del germen por medio de un tratamiento específico en contra de la tuberculosis”.
Sería bueno que nuestras instituciones médicas tomaran nota de este descubrimiento tan novedoso de una supuesta enfermedad NO CURABLE y empezaran pruebas con niños para que con sus propios ojos se den cuenta de los resultados. El doctor Pavía trató de que en la Escuela de MedicinaHumana trabajaran un programa de observación,pero las autoridades no se dignaron a tomarlo en cuenta. También intentó con la Secretaría de Salud,sin respuesta. No cabe duda de que nadie es profeta en su tierra.
Desgraciadamente el doctor Fernán Pavía Farrera falleció hace unos días a la edad de 105 años. Ojaláque ahora, aunque ya no esté presente, sirva para revisar con detenimiento la propuesta de este chiapaneco tan valioso. Recuerden a Descartes:“¿No será que algún genio maligno me quiere hacer creer que esto que veo, que oigo, que siento, que palpo, no existe? Yo de lo único que estoy seguro es que pienso, por lo tanto, existo”. Y esta teoría acerca del asma les daría no solo existencia sinoreconocimiento mundial a nuestras instituciones. ¡Ah, a veces las cosas importantes las tenemos en casa y nos encargamos de botarlas por la ventana!