Organizaciones internacionales hacen un llamado a la acción
YUSETT YAÑEZ/PORTAVOZ
La situación de la niñez y la adolescencia en Los Altos de Chiapas es alarmante. Desde
2016, la región ha estado bajo una alerta de violencia de género, particularmente en San
Cristóbal de Las Casas, donde los feminicidios y otros abusos hacia menores han ido en
aumento. Damaris Guaza, del Servicio Internacional para la Paz (S! PAZ), ha expresado su
preocupación por esta crítica situación. “Estamos muy preocupadas por lo que está
ocurriendo con la niñez y la adolescencia en Los Altos de Chiapas”, señala Guaza,
enfatizando que el incremento de la violencia sigue siendo un tema urgente.
San Cristóbal de Las Casas, con una población de más de 215 mil habitantes, presenta una
demografía donde el 52.6 por ciento son mujeres y el 47.4 por ciento son hombres. Según
el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), los grupos de edad más
representativos son los niños de cinco a nueve años, con 21 mil 574 habitantes, y los
adolescentes de 10 a 14 años, que suman 20 mil 772. Sin embargo, en medio de estas
cifras, hay un considerable número de menores que enfrentan riesgos de violencia, lo que
ha sido documentado por diversas organizaciones internacionales defensoras de los
derechos de la infancia.
La violencia contra niños, niñas y adolescentes en Chiapas coloca al estado entre los
primeros lugares en el país en este tipo de delitos. Aunque las estadísticas recientes no
muestran un aumento significativo, sí han hecho más visible la problemática. Guaza
enfatizó, “creemos que es importante poner la mirada en este estado olvidado”,
sugiriendo que es fundamental que otros sectores de la sociedad tomen conciencia y
realicen acciones para abordar la crisis.
Las cifras son preocupantes. En los primeros tres meses de este año, se han registrado 452
carpetas de investigación por delitos en contra de mujeres, de las cuales siete
corresponden a feminicidios y cuatro a tentativas de homicidio. Además, desde REDIAS se
han reportado tres muertes violentas de niñas, incluyendo un feminicidio infantil en
Mapastepec. Estos datos reflejan una realidad desgarradora que exige atención inmediata
por parte de las autoridades y la sociedad civil.
La Fiscalía General del Estado ha informado que, en relación con el último caso de
feminicidio infantil, ya hay un detenido. Sin embargo, las organizaciones defensoras de
derechos humanos insisten en que es crucial no solo investigar, sino también castigar
estos crímenes de manera efectiva. La impunidad en casos de violencia contra la infancia
perpetúa el ciclo de abuso y sufrimiento, afectando no solo a las víctimas, sino también a
toda la comunidad.
A pesar de la existencia de políticas públicas orientadas a la protección de la niñez y la
adolescencia, muchas de ellas no se han implementado adecuadamente en la práctica.
Guaza resalta que, aunque hay muchas políticas, “no se han llevado a la práctica”. Esto
evidencia una desconexión entre la formulación de políticas y su aplicación efectiva en el
terreno, dejando a los sectores más vulnerables sin la protección necesaria.
El panorama de las infancias en Los Altos de Chiapas es un llamado a la acción. Es esencial
que se visibilicen los casos de violencia y se tomen medidas concretas para proteger a los
menores. La colaboración entre autoridades, organizaciones civiles y la comunidad es
fundamental para crear un entorno seguro y propicio para el desarrollo de la niñez. La
urgencia de abordar esta crisis no puede ser subestimada, y es responsabilidad de todos
trabajar hacia la erradicación de la violencia y la promoción de un futuro en el que los
derechos de los niños y adolescentes sean garantizados y respetados.