El desinterés municipal ha propiciado prácticas laborales fuera del marco legal en más de la
mitad de la entidad
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
FOTO: ALEJANDOR LÓPEZ
En Chiapas, hablar de trabajo formal es casi un lujo. Más de 60 municipios presentan niveles
alarmantes de informalidad laboral, con tasas que superan el 80 por ciento de su Población
Económicamente Activa (PEA). Esta cifra no solo expone el abandono institucional, sino que
también coloca a la entidad en una situación crítica frente al resto del país.
Según la octava edición de los Indicadores Laborales para los Municipios de México (ILMM) 2024,
elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), Chiapas concentró buena
parte de los municipios con las tasas más bajas de formalidad en el país. Mientras que en
entidades como Baja California Sur o Colima todos sus municipios reportaron indicadores altos,
Chiapas ocupa el otro extremo con más de la mitad en el estrato bajo.
El diagnóstico también reveló que, en el primer trimestre de 2024, el promedio nacional de
informalidad en los municipios fue del 61.1 por ciento, pero Chiapas superó ese límite con
facilidad. En comparación con el mismo estudio de 2022, donde la informalidad promedio en los
municipios chiapanecos rondaba el 77 por ciento, el incremento reflejó una tendencia
preocupante que ni los gobiernos municipales ni el estatal han logrado revertir.
La falta de políticas locales que fomenten empleo formal, capacitación o inversión en
infraestructura económica ha perpetuado un modelo laboral precario. En la mayoría de los
municipios con altas tasas de informalidad, el sector público no genera empleo formal suficiente y
las microeconomías están basadas en comercio informal, jornalismo agrícola sin prestaciones, o
trabajo no remunerado, en especial entre mujeres y jóvenes.
El dato es más que un número, es la evidencia de que la región sigue siendo rehén de autoridades
que han decidido ignorar los problemas estructurales del empleo. Mientras otras regiones del país
avanzan con políticas de formalización, aquí más del 80 por ciento de la población sigue atrapada
en esquemas laborales sin seguridad social, sin derechos laborales y sin acceso a un futuro digno.