La mejoría sostenida desde 2019 no impide que el estadomantenga el nivel más alto de pobreza laboral en el país
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
Chiapas logró en el primer trimestre de 2025 un retroceso en la pobreza laboral que, aunque insuficiente frente a la magnitud del problema, representó un alivio en la capacidad de compra de miles de familias. La reducción de 4.39 puntos porcentuales respecto al año anterior significa que más hogares lograron cubrir el costo de la canasta básica alimentaria solo con su ingreso laboral. Sin embargo, detrás de la estadística favorable persiste un escenario de contrastes.
El indicador estatal se ubicó en 59.16 por ciento, todavía muy por encima del promedio nacional de 33.92 por ciento, lo que colocó a Chiapas como el estado con mayor proporción de personas incapaces de adquirir lo indispensable para alimentarse. Esta distancia de 25.25 puntos porcentuales reflejó no solo la precariedad del mercado laboral, sino también las brechas estructurales que limitan la movilidad social en la región.
El panorama tomó mayor dimensión si se compara con entidades como Baja California Sur, donde solo el 12.83 por ciento de la población se encuentra en pobreza laboral, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). A nivel regional, Tabasco y Oaxaca registraron cifras cercanas al 47 por ciento, lo que evidenció que el rezago chiapaneco no es un fenómeno aislado, pero sí el más agudo. De hecho, en municipios rurales de Los Altos, la proporción de personas en pobreza laboral supera el 70 por ciento, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).
Otros indicadores reforzaron la complejidad del escenario. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi)estimó que en la comarca siete de cada 10 trabajadores se emplean en la informalidad, lo que impide garantizar seguridad social y estabilidad en sus ingresos. Asimismo, la Comisión Nacional de Salarios Mínimos reportó que el salario promedio en el estado es de seis mil 200 pesos mensuales, muy por debajo del promedio nacional de nueve mil 500 pesos. A ello se suma que la canasta alimentaria urbana alcanzó en julio de 2025 un costo de dos mil 230 pesos mensuales por persona.
La disminución registrada es un signo alentador de que las políticas sociales y los ajustes en el mercado laboral están rindiendo frutos. Para que el estado deje de liderar la lista de la pobreza laboral en México se requieren estrategias integrales que combinen la formalización del empleo, inversiones productivas en las zonas rurales y un impulso decidido a la educación y capacitación.