Dr. Gilberto de los Santos Cruz
La educación en valores es algo que se interioriza con la práctica, no existe una disociación o división entre lo que ocurre dentro de las aulas y lo que pasa fuera de ellas. Al ser una materia transversal, es necesario planificarla con criterios objetivos:
1.Fomentar la igualdad de oportunidades con independencia del sexo, etnia, clase social, origen, cultura, religión, etc.
2.Enseñar pautas de respeto al medio ambiente por parte de las comunidades y de las personas.
3.Potenciar el disfrute de los entornos naturales.
4.Resaltar la importancia del desarrollo sostenible en los ámbitos culturales, sociales y económicos de la vida del ser humano.
5.Rechazar formas y actitudes de discriminación.
6.Señalar los comportamientos perjudiciales para el conjunto sin estigmatizar a las personas.
7.Proponer ejercicios prácticos conjuntos en los que hay que tomar decisiones en tiempo real.
8.Potenciar formas de liderazgo no basadas en la ostentación del poder. Enfatizar el principio de que las personas pueden cambiar.
9.Predicar con el ejemplo.
El principal valor de este tipo de educación está en su talento para actuar como un instrumento que ayude a crear una sociedad mejor, compuesta por ciudadanos/as críticos y responsables que se comprometan por una sociedad más justa e igualitaria. En definitiva, a preparar para la vida y saber convivir bien con los demás y con el entorno.
La educación en valores es una forma de aprendizaje relacionada con la moral, la ética, la empatía y el respeto a los demás. Un valor es una cualidad o conjunto de cualidades por las que una persona es apreciada. Este tipo de educación consiste en educar a niños y niñas para que aprendan a dar valor a algunas conductas y comportamientos. En un sentido más amplio, significa ampliar el alcance de la educación, de manera que esta no se limite solo a la enseñanza y aprendizaje de materias, temarios… sino que se plantee metas relacionadas con el ámbito moral y el civismo, con el fin de formar ciudadanos/as responsables.
Eso significa que la educación en valores va más allá de la enseñanza de materias relacionadas con el funcionamiento de las sociedades y de la naturaleza, las cuales nos hablan del “qué” y del “cómo”, pero la educación en valores nos habla del “para qué”. Esto les ayudará a convivir de mejor forma con los demás y a sentirse bien en el ambiente en el que se encuentren.
Este tipo de educación exige la implicación tanto de los/as maestros/as y la comunidad educativa, como de la sociedad en general, pero sobre todo, de padres y madres. No olvidemos que los niños y niñas aprenden con el ejemplo el cual dan sus padres en su manera de pedir las cosas, de relacionarse con los demás, de cooperar, de ayudar, de tolerar y aceptar. Es crucial la responsabilidad que tienen los padres en la transmisión de los valores.
En el contexto actual en el que nos encontramos, el cual está caracterizado por la complejidad social y la globalización cultural y económica, es imprescindible la educación en valores para formar a ciudadanos/as que tengan la capacidad de asumir nuevos retos y comprometerse de manera activa en la construcción de un mundo más justo, inclusivo, equitativo e intercultural. A través de la enseñanza de valores se intenta promover y garantizar una cultura y una forma de ser y comportarse basadas en el respeto a los demás y en ideas de solidaridad y democracia.
Algunos de los valores fundamentales para un adecuado desarrollo de los niños y niñas son:
• La tolerancia, igualdad, respeto a la diversidad.
• La empatía, amistad, paciencia, comprensión.
• La solidaridad, cooperación, preservación del medio ambiente y el amor a la naturaleza.
• La detección de las necesidades especiales.
La educación valores es un enfoque que busca potenciar y afianzar una cultura y una forma de ser y comportarse basadas en el respeto a los demás, la inclusión y las ideas democráticas y solidarias.
Educar en valores significa extender el alcance de la educación de manera que no se limite a la enseñanza y el aprendizaje de materias, habilidades y temarios, planteándose metas relacionados con el ámbito moral y el civismo, con objetivo final de formar ciudadanos responsables.
En el entorno actual, caracterizado por la complejidad social y la globalización económica y cultura, educar en valores se perfila como una cuestión imprescindible para formar ciudadanos que sean capaces de asumir los nuevos retos y comprometerse activamente, jugando un papel activo y eficaz en la construcción de un mundo mucho más justo, inclusivo, equitativo e intercultural
¿CÓMO SE ARTICULA LA EDUCACIÓN EN VALORES? PRINCIPIOS CLAVE
Para que no se quede en una propuesta de buenas intenciones, ni en un elemento residual que se trate de vez en cuando en clase, es necesario planificar la educación en valores con criterios serios, formales y objetivos.
Una posible organización puede ser tomarse la educación moral y cívica como el eje principal sobre la cual giren una serie de temas muy diversos de una forma transversal. Algunas de estas serían:
La igualdad de oportunidades con independencia del sexo, raza, clase social, origen, cultura, nacionalidad, religión, etc.
Valorar con espíritu crítico los valores imperantes en nuestra sociedad: costumbres, hábitos de consumo, productos culturales, etc.
Conocimiento y análisis de los mecanismos que rigen nuestra sociedad.
Ensalzar los valores igualitarios.
Rechazar actitudes discriminatorias.
Enseñar pautas de respeto al medio ambiente por parte de las comunidades y de los individuos.
Resaltar la importancia del desarrollo sostenible en los ámbitos económicos, sociales y culturales de la vida del ser humano.
Potenciar el disfrute en los entornos naturales.
Promover la salud como un valor fundamental y un recurso básico para el desarrollo personal y social.
Estimular la adquisición de actitudes y hábitos de conducta saludables.
Eliminar o reducir al máximo aquellos comportamientos que conllevan un riesgo para la salud.
Trabajar la educación para la salud desde una perspectiva dinámica, personal y colectiva.
Conocer las características y comportamientos humanos en lo que a la sexualidad se refiere.
Llevar a cabo programas de educación efectivos en el aula y hacerlos tolerantes con respecto a la sexualidad de los demás.
Hacer conscientes al alumnado del riesgo que conllevan ciertas prácticas sexuales sin tener en cuenta aspectos preventivos.
Concienciar de la importancia que para la seguridad del ciudadano tiene el respeto a las normas y señales de tráfico.
Generar hábitos de comportamiento ante los accidentes de tráfico, así como ser conocedores de las maniobras básicas de primeros auxilios.
Crear habilidades en las decisiones relacionadas con el consumo.
Fomentar el consumo lógico y responsable, valorando los efectos sobre el medio ambiente.
Tener conocimientos sobre los derechos y deberes del consumidor.