Con letras sinceras y una pasión inquebrantable, el cantante presenta “Quédate, Se Va a Poner Bueno”, un disco que invita a sentir sin reservas
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
Crear un álbum debut no es solo una meta cumplida, sino una apuesta personal que lo cambia todo. Para Roy Zamudio, “Quédate, Se Va a Poner Bueno” no es solo una colección de canciones, sino el resultado de años de dedicación, aprendizaje y la valentía de compartir su historia con el mundo. Cada tema es una ventana a sus pensamientos, a su manera de entender el amor y a la decisión de convertir sentimientos en melodías que conectan con cualquiera que haya sentido el vértigo de entregarse por completo.
Más que una simple producción, este álbum es el reflejo de una determinación inquebrantable. Roy no solo compone, sino que traduce emociones en palabras y sonidos. Con cada canción, demuestra que el camino de un artista independiente es uno de esfuerzo, persistencia y, sobre todo, confianza en su propio arte. Porque si algo define a este disco, es la convicción de que vale la pena quedarse y vivir cada instante con intensidad.
En un panorama donde el éxito parece medirse en números y tendencias, Roy Zamudio elige otro camino: el de la autenticidad. Su álbum no es una estrategia, sino una declaración de principios. Aquí no hay miedo al fracaso, solo el deseo genuino de compartir, de conectar con quienes han sentido lo mismo y de transformar experiencias personales en himnos que trascienden lo individual.
Con esta primera entrega, Roy no solo da el primer paso en su carrera, sino que abre la puerta a una conversación más grande: la de los que aman sin reservas, los que apuestan por lo que sienten y los que entienden que, al final, lo importante no es solo llegar, sino disfrutar el trayecto.
¿Cómo te sientes con el estreno de tu nuevo álbum “Quédate, Se Va a Poner Bueno”? “Es una mezcla de sentimientos, de sensaciones, es como mi bebé. Se siente increíble que después de tanto tiempo se haya materializado. La neta es que estoy bastante contento, la recepción ha estado bien chingona. Entonces, como que todo esto me ha llenado de orgullo y de gratificación”, expresó.
¿Cómo ha sido el proceso de dimensionar que por fin culminaste un trabajo que te pudo llevar meses e incluso años? “Totalmente, como que fue un viaje donde parecía que al principio no se lograba visibilizar que todo iba a culminar en un álbum completo, pero al final de cuentas está chido, fue buenísimo el haber materializado el trabajo, el esfuerzo, las historias y todo este rollo. Es impresionante ver cómo se puede crear música y canciones fabulosas a partir de las historias románticas y las no tan románticas”, respondió.
¿Qué tan complicado fue el hecho de brindarle o crear un concepto para este álbum? “Fue complejo, al principio,cuando se empezó a hacer estas rolas y se empezaba a darle una línea a cada una de ellas, era algo difícil el hecho de mantener un horizonte. Al tiempo que salía una y luego otra canción, que tocaban temas o sentimientos distintos, me di cuenta de que todo iba encaminado en un buen sentido y es ahí donde comenzamos con la selección de sencillos.
Entonces, hacer este álbum se asemejó a crear una tesis, donde se presentan cambios y hay que realizar ajustes. En este caso, al principio el álbum era full romántico, pero después de dos o tres rolas se da un giro inesperado a algo más profundo y nostálgico. Eso al final, aporta más personalidad al proyecto y lo hace mucho más interesante, porque no solo contamos cosas buenas, sino también tocamos temas más crudos y eso hizo que al final se tuviera un resultado bastante agradable”, mencionó.
¿Qué faceta de Roy Zamudio redescubriste al momento de tomar las riendas del proyecto y ver el trabajo que existe detrás de una producción musical? “Con lo que me quedo a nivel personal es que todo el trabajo que hagas o no hagas se nota. Entonces, salió como que este lado de que ya no puedo perder el tiempo, que no podía divagar y a veces uno creería que hacer música y tener un proyecto musical es despertarse tarde, salir de fiesta, tocar la guitarra todo el día y al final sacar una rola, pero eso se convierte en un trabajo de tiempo completo en el que tiene que despertar, planificar tu día y lo que eso conlleve.
Ahora siento que tengo una versión artística más disciplinada, como que ahora tengo el músculo suficiente para enfrentar todas las complicaciones que engloban hacer un álbum y eso es fundamental para desarrollar todo el proceso de inspiración, realizar nuevo material, la estrategia de marketing, cómo se va a promocionar, qué mensaje se le quiere dar a la gente y que vaya alineado a lo que se está haciendo en ese momento.
Todo eso que te mencioné se convierte en una especie de marca, te vuelves tu propio jefe y es como conducir un Uber o subes a mucha gente o te estampas y creo que eso es muy divertido”, explicó.
La forma en que se distribuye la música ha cambiado en los últimos años y una de las tareas más complicadas es hacer que la gente escuche tu proyecto, ¿De qué forma has manejado todo esto? “Creo que la mejor táctica para empezar es siendo muy sincero, ser auténtico en el sentido de que no me refiero a crear un personaje, sino como que mostrarte tal cual eres con el público y como que esta manera de platicar con la gente y hablar a la audiencia me ha ayudado muchísimo a poder promocionar todo este álbum.
Lo mejor que he podido ejecutar es contar que mi intención no es reinventar la música romántica, sino que estoy compartiendo mi forma de ver el amor, cómo me ha funcionado a mí, qué es lo que siento cuando estoy abajo, arriba y creo que esta parte a nivel mercadológico, el ser auténtico y no querer asumir una imagen distinta de lo que no soy, es lo que me ha impulsado a poder llevarle esto a la gente y con lo que más se ha conectado también la audiencia. Ahora sí que suena como cliché, pero siendo tú jala chingón”, enfatizó.
El tiempo es un recurso renovable y en esta industria es algo que vale oro. Ahora que despegaste tu carrera musical, ¿qué visión tienes sobre el tiempo? “Creo que todo viene desde que se cierra el álbum, como que a partir de que tienes un producto terminado hay que pensar cómo hacer que haya valido la pena todo el trabajo que realizaste. Entonces, creo que ahorita la optimización del tiempo es esto, es tener conversaciones y espacios que ayudan a difundir el proyecto, es una forma de enseñar a la gente que esto es una historia que vale la pena contarse, que vale la pena tocar puertas, que vale la pena escuchar.
Ahora me encuentro en un momento donde visualizo ciudades donde yo pueda tocar, donde pueda presentar mi música en vivo y ofrecer una experiencia distinta, porque una cosa es escuchar el álbum en vivo y otra en plataformas, es una energía diferente la que se vive con público y experimento como artista al interpretar esas canciones”, puntualizó.
¿Te consideras una persona perfeccionista? “Sí, creo que es como el mal de cualquier artista, como el no saber cuándo parar, no saber cuándo detenerte. A veces ya tienes el máster hecho y todo el tiempo estás como que viendo qué cosas puedes cambiar o agregar. Necesitas que alguien te agarre y te detenga. En el proceso de grabación de este álbum me pasó muchísimo lo que te he contado, a veces sentía que escuchaba mucho una canción y me clavaba con algo con la intención de modificarlo.
Pero recibí mucha ayuda de amigos y mis productores para frenarme, porque aprendí que mientras más cosas le metas a una rola, más pierde su esencia y es una enseñanza bastante valiosa la que pude llevarme”, dijo.
¿Es fundamental tomarse algún momento de break para romper con el bloque creativo o, en tu caso, el refrescar las ideas para tener una visión más clara sobre el producto final? “Sí, como en todo, siempre necesitas un respiro, necesitas tener tus cinco minutos como de estar solo para ti, para las cosas que tienes que hacer a nivel personal, para estar bien contigo mismo, en tu entorno, en tu espacio, etcétera.
Entonces, durante mi proyecto musical, llegué a tomar varias pausas porque llegábamos a este punto en el que no era tan un bloqueo creativo porque seguía surgiendo ideas, pero sí ya estábamos como abusando de lo mismo. Por lo tanto, tener un break que se puede compensar con ver otro tipo de actividades como la planificación de un show o viajar a otro estado, ayuda a trabajar lo que ya funciona y esto al mismo tiempo te brinda una sensación de tranquilidad contigo mismo, te otorga paciencia, que esto último es algo que nos hace falta mucho a los artistas.
Luego el hambre de comerte al mundo te puede jugar en contra porque ya deseas tocar en un Vive Latino, en un Metropólitano o recintos importantes, cuando es momento de aprender a disfrutar el proceso y mucho de esto lo he logrado gracias a la ayuda de mi equipo y visibilizarlo como si fuera un videojuego donde cruzas por distintos niveles para llegar al premio mayor”, afirmó.
¿Fue difícil encontrar el nombre para tu álbum? “No, ese título nació a partir de las historias cruzadas que tiene cada una de las canciones, como que el aprendizaje principal era ese ‘Quédate, Se Va a Poner Bueno’, es una frase que yo tengo muy adoptada como si fuera un dogma en el que yo siempre digo que tienes que resistir, que no pasa nada y que pronto las cosas van a mejorar, que solo hay que ponerle corazón.
Así que, esta conexión de conceptos me ayuda muchísimo a entender que hay historias en el álbum como que a lo mejor no se sienten tan positivas, pero si te quedas a escucharlas y solo esperas, se va a poner interesante”, detalló.
La música para mí es arte y , como todo, debe llevar un proceso y en una industria donde todo se consume de forma rápida, te encuentras con mucha música que solo sigue tendencias y carece de esencia y sentido. En tu caso, ¿cómo has adoptado esta visión de impregnar cariño y amor a cada una de tus composiciones? “Depende mucho de lo que busques. En mi caso, al tener la meta de hacer el álbum, decidimos hacerlo con conciencia, pero dentro del proyecto hay canciones que salieron en tres horas.
Existe una canción que se llama ‘Formas Extrañas de Querer’ que hago con una gran amiga de Guadalajara que vino a Ciudad de México, nos juntamos y todo fluyó de maravilla. Por otra parte, hay rolas que llevaron su determinado tiempo para ver la luz. Creo que es como en todo, hay días en los que te ilumina la vida y la inspiración y otros donde las ideas necesitan más ayuda para que salgan”, destacó.
El nombre de tu disco es como una invitación a tener paciencia, ¿qué has aprendido de ello a lo largo de tus cuatro años de carrera? “Que no todo tiene que ser a la carrera, que esta sensación de querer llegar sin razón no te lleva a ningún lado. Ser paciente y trabajar es lo que va a llevar a que las cosas se pongan buenas, todo lleva su tiempo y uno debe aprender que esperar no es sinónimo de no hacer nada, sino, por el contrario, es crear las herramientas y usar las herramientas que ya tienes para forjar tu camino”, aseguró.
¿Qué parte de Roy Zamudio quedó atrás con la culminación de su disco? “Se quedó el Roy Zamudio que siente que probablemente lo que tenía que decir no era importante o que no era suficiente, el que tenía miedos, incertidumbres, que tenía preocupaciones de ser artista o de cómo lograr el álbum y todo eso ahora ya no existe. Ahora solo hay espacio para el optimismo y una visión para el futuro que quiero construir”, finalizó.