La crisis tiene un rostro femenino. Entre el 60 y el 80 por ciento de las mujeres enfrentan barreras para integrarse al sector formal
ARGENIS ESQUIPULAS/PORTAVOZ
Durante el primer trimestre de 2025, el desempleo mostró una preocupante alza en varias regiones del país, de acuerdo con datos recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). De las 39 ciudades incluidas en el análisis trimestral, 18 registraron un aumento en su tasa de desocupación, siendo Tapachula, Chiapas, y Durango, Durango, las entidades con el mayor crecimiento en este indicador.
TAPACHULA LIDERA EL AUMENTO EN DESEMPLEO
Tapachula, situada al sur de México en el estado de Chiapas, fue la ciudad con el mayor crecimiento relativo en la tasa de desempleo. En el primer trimestre de 2024, esta ciudad presentaba una tasa de desocupación del 3.16 por ciento. Sin embargo, para el mismo periodo de 2025, esta cifra aumentó hasta un preocupante 4.70 por ciento , lo que representa un incremento de 1.54 puntos porcentuales en tan solo un año.
Este aumento podría estar relacionado con varios factores estructurales que afectan la economía local, entre ellos el limitado desarrollo industrial, los retos en infraestructura y servicios, y una creciente presión migratoria que ha modificado dinámicas sociales y económicas en la región.
Tapachula sufre una debilidad estructural en su mercado laboral. Más del 53 por ciento de las personas ocupadas trabajan en el sector informal, sin seguridad social, prestaciones o estabilidad laboral. La situación empeora si se considera que el 58.9 por ciento de la población económicamente activa se encuentra subempleada: personas que laboran en condiciones críticas, con jornadas parciales o ingresos mínimos.
Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en 2023 Tapachula ya figuraba entre las cuatro ciudades con mayor tasa de informalidad laboral, con un 55.4 por ciento.
La crisis laboral tiene un rostro femenino. Entre el 60 y el 80 por ciento de las mujeres en Tapachula enfrentan barreras para integrarse al mercado formal, agravadas por la falta de guarderías públicas y programas de apoyo para el cuidado infantil.
“La eliminación de guarderías ha dejado a muchas mujeres en situación precaria”, denuncia Elsa Simón Ortega, representante de la organización Por la Superación de la Mujer.
Este abandono institucional empuja a muchas mujeres al sector informal, en donde las condiciones de precariedad son la norma.
Para los jóvenes, el panorama no es más alentador. Aunque muchos han accedido a la educación media o superior, el 50 por ciento prefiere migrar a otras regiones del país ante la falta de empleos dignos en Tapachula. La brecha salarial es abismal: mientras el ingreso promedio en la región ronda los seis mil pesos mensuales, en el norte del país se superan los 12 mil pesos, según datos de la organización Entrajoven.
MIGRANTES: ATRAPADOS EN LA FRONTERA, ATRAPADOS EN LA POBREZA
La migración internacional ha dejado a miles de personas varadas en Tapachula, muchas de ellas en busca de trabajo. Si bien algunos han logrado insertarse en empleos formales —alrededor de 500 según reportes municipales—, la gran mayoría trabaja en condiciones informales, como jornaleros o en restaurantes, ganando apenas 180 pesos diarios por jornadas extenuantes desde las tres de la mañana.
“Cuando no los consiguen en un restaurante, van a otros lados… ganando 180 pesos de sol a sol”, relata Luis Rey García Villagrán, activista y observador migratorio.
Un programa municipal ofrece empleos de limpieza por 250 dólares mensuales (poco más de cinco mil pesos), pero la demanda supera con creces la oferta, y las condiciones siguen siendo precarias.
Tapachula se encuentra en una encrucijada crítica. Si no se implementan acciones coordinadas y sostenidas, la ciudad podría profundizar su crisis social y económica. Sin inversión, sin inclusión y sin seguridad, el desempleo seguirá creciendo, los jóvenes seguirán migrando y la informalidad se volverá aún más dominante.
Pero también hay una oportunidad: si se toman decisiones valientes para invertir en la gente —especialmente en los más vulnerables— y se reconstruyen las bases del empleo formal, Tapachula podría cambiar su destino.
Otra ciudad que experimentó un importante aumento en su tasa de desempleo fue Durango, capital del estado homónimo. Aunque la cifra exacta no ha sido detallada en el reporte, se confirma que forma parte de las ciudades con incrementos más pronunciados en desocupación durante el arranque del año.
Durango, que ha experimentado una diversificación económica en las últimas décadas, se ha visto afectada recientemente por la desaceleración en sectores clave como la construcción, la industria manufacturera y el comercio, lo cual puede estar contribuyendo a la pérdida de empleos formales e informales.
En la región sureste del país, Ciudad del Carmen, Campeche, también destacó por el aumento en su tasa de desempleo. Esta ciudad, fuertemente ligada a la actividad petrolera, ha sido históricamente vulnerable a los vaivenes del sector energético. Las fluctuaciones en la producción, las restricciones presupuestales de Petróleos Mexicanos (Pemex) y la falta de nuevas inversiones privadas han golpeado el mercado laboral local.
La dependencia económica del petróleo ha hecho que la región enfrente grandes desafíos para diversificar su economía, y esto ha provocado que, en momentos de contracción del sector, el desempleo crezca rápidamente.
INSEGURIDAD Y DEPENDENCIA SECTORIAL: FACTORES DE RIESGO
El informe del Inegi sugiere que, además de la desaceleración económica generalizada en ciertas regiones, otros factores como la inseguridad y la dependencia excesiva de sectores económicos específicos podrían estar influyendo directamente en el crecimiento del desempleo.
Ciudades que enfrentan altos niveles de violencia o crimen organizado tienden a tener más dificultades para atraer inversión y generar empleos sostenibles. Esto, combinado con estructuras económicas poco diversificadas —como el caso de las ciudades petroleras—, crea un ambiente hostil para el desarrollo laboral.
¿QUÉ MIDE LA TASA DE DESOCUPACIÓN?
La tasa de desocupación es un indicador que mide el porcentaje de personas económicamente activas que están buscando trabajo y no lo han conseguido. No incluye a personas inactivas ni a aquellas que han dejado de buscar empleo, por lo que representa una fotografía precisa de quienes están dispuestos a trabajar, pero no encuentran una oportunidad laboral.
Este indicador se considera clave para evaluar la salud del mercado laboral y detectar señales tempranas de deterioro económico.
PANORAMA NACIONAL MIXTO
Aunque 18 ciudades mostraron un crecimiento en su tasa de desempleo, el resto presentó cifras estables o incluso disminuciones en este indicador. No obstante, el hecho de que casi la mitad de las principales ciudades mexicanas hayan tenido un repunte en desocupación durante los primeros tres meses del año genera preocupación entre analistas económicos, quienes advierten sobre una posible desaceleración más generalizada si no se implementan medidas de política pública para fomentar la inversión y el empleo.
El primer trimestre de 2025 ha dejado señales claras de alerta en el mercado laboral urbano mexicano. Tapachula, Durango y Ciudad del Carmen son solo algunos ejemplos de cómo distintas dinámicas —económicas, sociales y de seguridad— están incidiendo negativamente en la generación de empleos.
Especialistas recomiendan impulsar programas de reactivación económica local, incentivos fiscales a pequeñas y medianas empresas, y medidas de seguridad que generen un entorno propicio para el crecimiento económico sostenido. Solo con un enfoque integral será posible revertir esta tendencia y ofrecer mayores oportunidades a la población en edad laboral.