El costo de la harina, el gas y los salarios limita cualquier posibilidad de disminución sin afectar a los pequeños negocios
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
FOTO: ALEJANDRO LÓPEZ
El reciente anuncio presidencial sobre la reducción gradual del precio de la tortilla ha generado inconformidad entre los productores de Tapachula. Para los Industriales de la Masa y la Tortilla en esta región, la propuesta de disminuir un cinco por ciento el costo por kilo no es viable. Aseguraron que el plan fue acordado sin consulta previa y que no refleja la realidad económica del sur del país, donde el alza constante en insumos ha dejado márgenes de ganancia cada vez más estrechos.
Los industriales señalaron que bajar un peso por kilo significaría operar por debajo del costo real. Con la harina en 17 pesos por kilo, el gas al alza y los ajustes al salario mínimo, que aumentó 20 por ciento en 2024 según laSecretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS), la ecuación no cierra. Además, el precio del gas LP ha tenido una variación acumulada de más del 11 por ciento en lo que va del año en Chiapas, y la tonelada de maíz blanco ha subido casi un 18 por ciento en comparación con 2023, según datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera(SIAP).
Más allá del cálculo económico, el anuncio de la presidenta fue recibido como un desacierto político en la región. Los líderes de la industria local, Alejandro Ricaldi y Carlos Cossío, expresaron su malestar por haber sido ignorados en la negociación. La medida prioriza el centro del país y excluye a los estados donde producir tortilla ya representa una lucha diaria contra los costos. La decisión, lejos de beneficiar al consumidor, podría poner en riesgo la continuidad de miles de pequeños negocios.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en el estado operan más de cuatro mil 800 establecimientos dedicados a la producción de tortillas, de los cuales el 89 por ciento son microempresas que dependen de su margen operativo diario. Una caída obligada en precios, sin estímulos compensatorios, los colocaría en una situación insostenible.
La demanda de los industriales es clara, si se quiere reducir el precio al consumidor, primero se deben controlar los precios base del sistema productivo. Para Tapachula, cualquier acuerdo realista debe comenzar por la inclusión y por reconocer las condiciones específicas del mercado local. De lo contrario, advirtieron, no habrá tortilla más barata, pero sí más tortillerías cerradas.