Familias de diferentes nacionalidades han hecho de Tapachula su hogar temporal
YUSETT YÁÑEZ/PORTAVOZ
En la ciudad fronteriza de Tapachula, Chiapas, se llevó a cabo una emotiva clausura escolar donde más de 240 adolescentes y jóvenes migrantes celebraron el final de su ciclo escolar, un hito significativo en sus vidas. Provenientes de países como Honduras, Nicaragua, Ecuador, Nigeria, Venezuela, Colombia y Cuba, estas familias vieron en Chiapas una oportunidad de recuperar los estudios de sus hijos y forjar un nuevo camino lejos de sus hogares.
La situación actual de los migrantes ha cambiado drásticamente debido al endurecimiento de las políticas migratorias en Estados Unidos, lo que ha llevado a muchos a buscar alternativas en México. En este contexto, Tapachula se ha convertido en un refugio donde los jóvenes pueden continuar su educación y perseguir sus sueños. Yusleidi, una alumna venezolana que acaba de graduarse de secundaria, expresó su agradecimiento: “Es una nueva oportunidad dadoque nos dan la oportunidad de seguir estudiando, de tener nuevas oportunidades, de conseguir y de poder cumplir nuestros sueños y metas”.
La ceremonia de graduación no solo simboliza el cierre de un ciclo académico, sino también el inicio de nuevas esperanzas y posibilidades. La coordinadora del programa Educación Migrante en Chiapas, Martha Lilia Moreno Gómez, destacó la importancia de brindar acceso a la educación a estos jóvenes: “Brindamos el derecho a la educación, dándoles una certificación a nivel estatal y federal para que ellos puedan seguir estudiando, ya sea en Tapachula o donde ellos se encuentren”. Esto representa un paso crucial para que los jóvenes migrantes puedan integrarse en el sistema educativo y continuar su formación, ya sea en México o en otros lugares.
El director de Preparatorias de la Secretaría de Educación, Edi Darinel López Zacarías, también resaltó el compromiso del Gobierno local con la inclusión educativa. “Nosotros promovemos una educación con mayor inclusión y en este año podemos decir que alcanzamos una cifra de 248 niños de distintas nacionalidades”, afirmó. Este esfuerzo no solo beneficia a los jóvenes, sino que también enriquece la diversidad cultural de la comunidad local, creando un ambiente de aprendizaje más inclusivo y solidario.
La celebración de graduación fue un momento de alegría, donde los estudiantes compartieron sus logros con sus familias y amigos, muchos de los cuales han enfrentado desafíos significativos en su camino migratorio. Las historias de resiliencia y superación personal fueron el hilo conductor de la ceremonia, recordando a todos los presentes que la educación es un derecho fundamental y una herramienta poderosa para cambiar vidas.
El futuro de estos jóvenes migrantes es incierto, pero su determinación y esfuerzo les han permitido alcanzar este importante logro académico. Muchos de ellos ahora contemplan la posibilidad de continuar sus estudios en preparatorias o universidades, marcando el inicio de nuevas etapas en sus vidas. La comunidad educativa de Chiapas, junto con los organismos de apoyo a migrantes, continúa trabajando para asegurar que estos jóvenes tengan las oportunidades necesarias para alcanzar sus metas.
Con la clausura de este ciclo escolar, no solo se celebra un logro académico, sino también la esperanza de un futuro mejor para estos adolescentes migrantes. En un mundo donde las fronteras físicas a menudo limitan las oportunidades, la educación se erige como un pilar fundamental para la construcción de nuevas realidades y la realización de sueños.